Ubicado en el estado de Durango, la ciudad de Cuencamé es uno de los lugares más conocidos en todo el estado. Te contamos la historia de Cuencamé, la llamada ‘tierra del cultivo’, en Durango.
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La historia de Cuencamé
Cuencamé de Ceniceros es una ciudad del estado mexicano de Durango, es cabecera del Municipio de Cuencamé y está localizada en el centro-este del estado, dentro de la Comarca Lagunera. La palabra ‘Cuencamé’, en su aceptación original en náhuatl, significa ‘Las Tierras Labradas’ o ‘Las Tierras de Cultivo’.
El relato oral cuenta que Cuencamé fue fundado allá por el año 1570 por un español llamado José Antonio Vizarrón, y que el origen de su nombre proviene de Cuenca, España, solo agregándose el sufijo ‘me’ para indicar ‘mío’. Aunque la realidad es que este relato no tiene un documento o antecendente histórico que lo corrobore.
De hecho, en una Carta Annua, escrita por el franciscano Francisco Ramírez en agosto de 1594, explica que los indígenas del lugar lo llamaban ‘Concuemé’.
Por su parte el historiados Alfonso González Contreras menciona algunos puntos relacionados al significado del nombre: Originalmente, este pueblo lo llamaban “Concuemi”.
El Pueblo original de “Concuemi” no es donde actualmente está la cabecera municipal.
La palabra es de origen náhuatl o mexica.
Es palabra plural.
Su significado demuestra que este pueblo de la región, era uno de los escasamente asentados que se dedicaban a la agricultura como una de las fuentes básicas de su alimentación.
En la etapa precortesiana coincidían ahí los zacatecos, tepehuanos y laguneros. Se trata de "un valle muy espacioso y muy ancho coronado de hermosos montes", según el decir de su propio fundador, el padre Jerónimo Ramírez, misionero jesuita que llegó al lugar en agosto de 1594.
¿Qué hacer en Cuencamé?
Si quieres visitar Cuencamé, te recomendamos hacerlo durante las festividades. Durante julio se desarrolla la fiesta en honor al Santo Santiago en el pueblo de Santiago; aunque también podrás hacerlo en agosto para disfrutar de la caminata al Señor de Mapimí y la tradicional procesión de las mulas.
“La tradición del Santo Cristo Señor de Mapimí es una majestuosa procesión en la que los mueve la fe y sorteando con gusto las inclemencias del tiempo, hambre y dos noches duras en el desierto”, manifestó el titular de Turismo, al recordar que esta caminata se realiza desde el año de 1715.