/ jueves 4 de julio de 2024

Estados carecen de recursos para atender huracanes, advierte Moody’s Local

Moody’s Local resaltó que el impacto de huracanes puede presionar la liquidez de los estados y provocar la contratación de créditos de corto plazo

Las entidades federativas no cuentan con recursos o seguros suficientes para cubrir los daños derivados de huracanes, advirtió Moody’s Local México.

La falta de dinero para atender estas contingencias son consecuencia de la falta de apoyos gubernamentales, las limitadas transferencias que hacen los estados a fondos de desastres y la magnitud de los daños ocasionados.

“Ante eventos de gran magnitud y aún con el apoyo federal, las entidades registran presiones en el gasto y en la liquidez que pueden perdurar por varios años”, dijo el área de análisis local de la calificadora a través de un reporte.

En su informe, Moody’s Local resaltó que este tipo de fenómenos meteorológicos pueden presionar aún más la liquidez y provocar la contratación de créditos de corto plazo por parte de los estados.

Estos financiamientos si bien sirven para la reconstrucción de infraestructura en comunidades afectadas, suelen tener un impacto negativo sobre los ingresos propios de las entidades, especialmente cuando la actividad económica regional o local se ve afectada.

Recordó que Guerrero, al cierre de 2023 y después del impacto del huracán Otis, registró un déficit operativo de 9.3 por ciento en sus ingresos, mayor a la caída de 5.8 por ciento observada en 2022,.

“Los estados más susceptibles a este tipo de desastres también tienen niveles de desarrollo económico per cápita más bajos y flexibilidad financiera limitada, cuyo margen para absorber choques es mínimo”, agregó Moody’s Local México.

El área de análisis de la agencia calificadora añadió que esta problemática se vuelve más grave al considerar las aportaciones que, por ley, deben hacer los estados a fideicomisos públicos para la atención de desastres naturales.

Por ejemplo, en 2022 Oaxaca fue afectado por el huracán Agatha. Los daños estimados ascendieron a más de seis mil 385 millones de pesos, pero el fondo constituido para este desastre tenía recursos por 226 millones de pesos.

“Las reservas de los estados calificados son en promedio de 78 millones de pesos, inferiores al uno por ciento de sus ingresos operativos, aunado a que pocos tienen seguros contra desastres”, puntualizó.

Al día de hoy, el gobierno federal cuenta con 900 millones de dólares del bono catastrófico que renovó para el periodo 2024-2028, con el fin de atender posibles daños por el paso de huracanes como el que atraviesa el Caribe, Beryl, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

La dependencia también confirmó a El Sol de México que se renovó el seguro catastrófico que vencía este viernes 5 de julio con una cobertura de cinco mil millones de pesos para la atención de desastres naturales.

El pago de indemnizaciones del bono catastrófico se activa con base en parámetros de intensidad, es decir, cubre huracanes (a partir de intensidad Categoría 4 en la escala Saffir-Simpson) o terremotos (a partir de magnitudes de 7.8 en la escala de Richter).

Las entidades federativas no cuentan con recursos o seguros suficientes para cubrir los daños derivados de huracanes, advirtió Moody’s Local México.

La falta de dinero para atender estas contingencias son consecuencia de la falta de apoyos gubernamentales, las limitadas transferencias que hacen los estados a fondos de desastres y la magnitud de los daños ocasionados.

“Ante eventos de gran magnitud y aún con el apoyo federal, las entidades registran presiones en el gasto y en la liquidez que pueden perdurar por varios años”, dijo el área de análisis local de la calificadora a través de un reporte.

En su informe, Moody’s Local resaltó que este tipo de fenómenos meteorológicos pueden presionar aún más la liquidez y provocar la contratación de créditos de corto plazo por parte de los estados.

Estos financiamientos si bien sirven para la reconstrucción de infraestructura en comunidades afectadas, suelen tener un impacto negativo sobre los ingresos propios de las entidades, especialmente cuando la actividad económica regional o local se ve afectada.

Recordó que Guerrero, al cierre de 2023 y después del impacto del huracán Otis, registró un déficit operativo de 9.3 por ciento en sus ingresos, mayor a la caída de 5.8 por ciento observada en 2022,.

“Los estados más susceptibles a este tipo de desastres también tienen niveles de desarrollo económico per cápita más bajos y flexibilidad financiera limitada, cuyo margen para absorber choques es mínimo”, agregó Moody’s Local México.

El área de análisis de la agencia calificadora añadió que esta problemática se vuelve más grave al considerar las aportaciones que, por ley, deben hacer los estados a fideicomisos públicos para la atención de desastres naturales.

Por ejemplo, en 2022 Oaxaca fue afectado por el huracán Agatha. Los daños estimados ascendieron a más de seis mil 385 millones de pesos, pero el fondo constituido para este desastre tenía recursos por 226 millones de pesos.

“Las reservas de los estados calificados son en promedio de 78 millones de pesos, inferiores al uno por ciento de sus ingresos operativos, aunado a que pocos tienen seguros contra desastres”, puntualizó.

Al día de hoy, el gobierno federal cuenta con 900 millones de dólares del bono catastrófico que renovó para el periodo 2024-2028, con el fin de atender posibles daños por el paso de huracanes como el que atraviesa el Caribe, Beryl, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

La dependencia también confirmó a El Sol de México que se renovó el seguro catastrófico que vencía este viernes 5 de julio con una cobertura de cinco mil millones de pesos para la atención de desastres naturales.

El pago de indemnizaciones del bono catastrófico se activa con base en parámetros de intensidad, es decir, cubre huracanes (a partir de intensidad Categoría 4 en la escala Saffir-Simpson) o terremotos (a partir de magnitudes de 7.8 en la escala de Richter).

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