Torreón, Coah.- Aunque no niega que en el peor de los escenarios posibles se advierte el riesgo de que llegue a generarse una guerra comercial entre México y Estados Unidos, el titular de la Secretaría de Desarrollo Económico en Coahuila, Jaime Guerra Pérez, se mostró optimista al considerar que el conflicto arancelario de ambos países finalmente habrá de resolverse en buenos términos.
A favor de ello, opina, no solamente jugará un papel determinante la capacidad negociadora del gobierno mexicano, sino que también serán un factor clave las presiones internas que ya ha comenzado a recibir Donald Trump, entre estas las de empresarios norteamericanos de estados fronterizos que le dicen a su presidente que ellos también van a ser muy afectados si insiste en aplicar las medidas que ha anunciado, es decir, gravar con aranceles los productos de origen mexicano a partir del próximo lunes con una tasa que se elevaría gradualmente del 5 al 25 por ciento.
Sus comentarios en tales términos los compartió el funcionario estatal al ser cuestionado acerca de si el citado tema prende o no focos rojos para el estado de Coahuila como uno de los mayores exportadores. Reconoció que, en definitiva, el asunto es motivo de gran preocupación, pues se habla de la posibilidad de que se genere un problema comercial importante porque, como ya se ha advertido desde el gobierno federal, México también tendría que responder imponiendo aranceles en condiciones muy similares a los productos de origen estadounidense que ingresen a su mercado.
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Con esa situación, a la postre las complicaciones se darían en ambos países al afectar en su economía a los consumidores finales, sin dejar de advertir que en el caso de los Estados Unidos hay alrededor de cinco millones de empleos que dependen de México, de manera que nadie saldría ganando.
Guerra Pérez tiene claro que, antes abrir una guerra de aranceles, frente al problema de la migración de extranjeros que luego de transitar por territorio mexicano buscan ingresar a los Estados Unidos, debe buscarse alternativas de solución y hasta de trabajo conjunto de ambos gobiernos para imponer medidas como imponer algún tipo de contenciones conjuntas en la frontera, así que la base de todo es el diálogo y la negociación.
En tanto, el secretario de Desarrollo Económico en el Estado habló de que independientemente de lo que al final suceda, lo más importante para las industrias es que en las mismas “nada se detiene, todo sigue operando”, aun cuando en el peor de los casos, si se tienen que pagar los pretendidos aranceles, estos tendrían que impactarse en los precios de los productos finales, pues ninguna empresa tiene márgenes suficientes para absorber ese tipo de costos adicionales. No obstante, insistió, “Creo que antes tendría que llegarse a un acuerdo, sin ninguna duda”.