/ jueves 23 de agosto de 2018

Red Hat: El evangelio de la disrupción

Jim Whitehurst, CEO de la compañía reconocida por su promoción del software libre, asegura que las organizaciones más exitosas crean condiciones para la innovación

James "Jim" Whitehurst, CEO de la legendaria compañía Red Hat, anda en mangas de camisa y unos sencillos jeans corte vaquero cuando saluda sonriente. Su aspecto relajado y tono amigable hacen bajar la guardia, pero en cuanto empieza a hablar uno recuerda que se está frente a uno de los personajes más relevantes del panorama tecnológico en el mundo.

Jim recibe a El Sol de México en uno de los camerinos de El Lunario del Auditorio Nacional, justo antes de dar una charla privada a un puñado de empresarios mexicanos sobre los retos que implica una economía global tan cambiante como la actual.

El análisis que les expondrá, a grandes rasgos, es sencillo y certero: las empresas que no abracen y hagan suya la disrupción de las nuevas tecnologías, e innoven de manera continua, desaparecerán o perderán relevancia.

El ritmo con el que la tecnología está cambiando cómo intercambiamos información, nos incorporamos a la economía y socializamos es tan rápido que las organizaciones tradicionales batallan para mantener el paso con un mundo que gira demasiado rápido, explica.

"Nuestra economía entera está basada en esto: 'déjame hacer más unidades de cosas estandarizadas y puedo hacerlas más baratas. Pero entonces, ahora, la cadena de valor está siendo desarmada. Lo que está pasando es muy sencillo, hay más ambigüedad de la que nunca hubo", dice.

Según él, la arquitectura de los modelos de producción masiva, que son la norma en la economía global, necesitan de un ambiente estable para ser trazados, cosa que ya no se puede asegurar. Un nuevo elemento como el surgimiento de las criptomonedas puede alterar completamente el paisaje mundial en cuestión de semanas y bajo esas condiciones la planeación es inviable.

Esto es lo que le pasó a Blockbuster, a Kodak, o preocupa a gigantes como la automotriz Ford mientras los servicios de particulares de transporte como Uber arruinan su proyecciones de ventas.

"Hay este sentimiento (como empresa) de que no estoy completamente bajo control de las cosas, y la razón es porque las fuerzas que me llevaron hasta donde estoy no me llevarán hacia adelante. La capacidad de hacer un millón de carros baratos y casi sin defectos es genial para llegar a la eficiencia en un ambiente no estático, pero son horribles para cultivar la innovación.

"Adivina qué, no puedes planear para las criptomonedas. No se trata de planear para lo desconocido, se trata de configurar tu organización para ser exitoso sin importar el ambiente que te llegue. En el largo plazo debes inyectar la habilidad de innovar y ser más ágil, y la mayoría de organizaciones no ha resuelto eso", dice.


EL OUTSIDER

Fundada en 1993 por los tecnólogos Bob Young y Marc Ewing, Red Hat es reconocida como uno de los estandartes mundiales sobre código abierto y cultura colaborativa. Como una de las promotoras del sistema operativo libre Linux, Red Hat provee a empresas y gobiernos de toda la infraestructura, mentoría y soporte para que ellos mismos desarrollen su propio software.

Hoy, la Bolsa de Valores de Nueva York, Barclay's, UPS, Lufhansa, el Ejército Británico o BBVA, son algunos de sus clientes más importantes y es aliada de nombres como Amazon, Alibaba o Google.

Según sus defensores, esta forma de trabajar no sólo libra a los consumidores del pago oneroso de software privado, sino que los empodera como generadores de un conocimiento que se refina gracias a la colaboración global.

De acuerdo con Red Hat, cada vez más compañías se convertirán en empresas de software, independientemente de su rubro, lo que influirá significativamente en los entornos laborales y los recursos que son parte de ellas.

Esta teología de la liberación tecnológica le ha granjeado a Red Hat tales enemigos como Steve Ballmer, entonces CEO de Microsoft en 2001, quien llegó a referirse a ella como un "cáncer que se adhiere a la propiedad intelectual de todo lo que toca"; declaración que Jim recuerda con una larga carcajada.

Luego de haber dirigido a la aerolínea Delta de 2005 a 2007 para salvarla de la banca rota, Jim Whitehurst llegó a Red Hat en enero de 2008 como parte de un movimiento para darle una mejor organización a la empresa de cara a una agresiva expansión en los años por venir, según analistas de ese tiempo.

Bajo su liderazgo, Red Hat se integró a la lista de Forbes de “Las compañías más innovadoras del mundo” en 2015, 2014 y 2012 y se incorporó al índice bursátil S&P 500 Standard and Poor´s en 2009. Además, convirtió a Red Hat en la primera compañía de soluciones de código abierto en alcanzar una facturación de tres mil millones de dólares al cierre del último año fiscal y 65 trimestres consecutivos de crecimiento, tiene 90 oficinas en 35 países y emplea a 11 mil personas.

Uno de los signos más palpables de su impacto en el escaparate tecnológico fue la alianza establecida con Microsoft para proveer soluciones de software libre para el servicio de nube de la empresa de Bill Gates en 2015, Azure, y dejó atrás su campaña de linchamiento.

Como la cara más visible de esta revolución, durante los últimos 10 años Whitehurst se ha convertido en uno de los CEO's más vocales sobre las bondades del software de código abierto y sobre cómo llevar esta filosofía a las organizaciones, incluso es autor del libro titulado La organización abierta: encendiendo la pasión y el desempeño.

"Tuve la oportunidad de ver a Red Hat como un outsider y lo que me doy cuenta es que la razón por la que tiene tanto éxito en cuanto a la innovación es porque tenemos una cultura que está construida para eso, un montón de procesos están hechos para eso. Generar innovación es la clave.

"Disculpa si hablo mucho, pero es un tema que me apasiona demasiado", dice.


CHANGE OR DIE

"Estuve hablando con el CEO de una de las compañías químicas más grandes y el modo en el que él lo puso fue así: 'Oye, la forma en la que solíamos innovar era cada 20 años, y luego explotábamos eso durante 20 años, y sólo entonces debíamos pensar en innovación, ahora debemos hacerlo todo el tiempo porque el ciclo de vida de los productos es más corto", platica Jim.

Así como el software libre se nutre del desarrollo colaborativo de miles de personas, Jim explica que las organizaciones más exitosas son las que establecen condiciones para que sus integrantes innoven.

"Cuando quieres lograr eficiencia, lo que es bien importante es que el trabajador en el mostrador realmente conozca bien sus responsabilidades, saber cómo interactuar con las personas a su alrededor y sabrán cómo serán medidas, porque encajan en un todo y necesitan saberlo.

"Pero cuando tratas de lograr un mayor nivel de agilidad o innovación debes voltear eso, todos deben de conocer la estrategia de la empresa, necesitan saber la estrategia de su función y cómo eso encaja en el todo, pero no deben saber específicamente cómo hacer su trabajo, si quieres que innoven debes de tratar de hacer las cosas distinto, necesitas permitir más libertad en cómo las personas actúan", señala Jim.

Este cambio de paradigma -dice- aplica para todas las industrias y todos los países. Sobre México, Jim asegura que su nivel de desarrollo y su vocación manufacturera no la excluye de estas tendencias mundiales.

"No creo que desarrollado contra no desarrollado importe tanto. Los ganadores son aquellos que resuelven cómo innovar más rápido, así que en un mercado como este hay una gran oportunidad para que las personas hagan eso.

"Si no empiezas a construir esto rápido en juntas, aceptando errores, permitiendo que la gente tenga más libertad para encontrar las responsabilidades en su trabajo, entonces la transformación tradicional fracasa. Si no puedes cambiar la cultura , cómo tratas a la gente, la misión de la compañía entonces nunca serás exitoso en la transformación digital", finaliza.


James "Jim" Whitehurst, CEO de la legendaria compañía Red Hat, anda en mangas de camisa y unos sencillos jeans corte vaquero cuando saluda sonriente. Su aspecto relajado y tono amigable hacen bajar la guardia, pero en cuanto empieza a hablar uno recuerda que se está frente a uno de los personajes más relevantes del panorama tecnológico en el mundo.

Jim recibe a El Sol de México en uno de los camerinos de El Lunario del Auditorio Nacional, justo antes de dar una charla privada a un puñado de empresarios mexicanos sobre los retos que implica una economía global tan cambiante como la actual.

El análisis que les expondrá, a grandes rasgos, es sencillo y certero: las empresas que no abracen y hagan suya la disrupción de las nuevas tecnologías, e innoven de manera continua, desaparecerán o perderán relevancia.

El ritmo con el que la tecnología está cambiando cómo intercambiamos información, nos incorporamos a la economía y socializamos es tan rápido que las organizaciones tradicionales batallan para mantener el paso con un mundo que gira demasiado rápido, explica.

"Nuestra economía entera está basada en esto: 'déjame hacer más unidades de cosas estandarizadas y puedo hacerlas más baratas. Pero entonces, ahora, la cadena de valor está siendo desarmada. Lo que está pasando es muy sencillo, hay más ambigüedad de la que nunca hubo", dice.

Según él, la arquitectura de los modelos de producción masiva, que son la norma en la economía global, necesitan de un ambiente estable para ser trazados, cosa que ya no se puede asegurar. Un nuevo elemento como el surgimiento de las criptomonedas puede alterar completamente el paisaje mundial en cuestión de semanas y bajo esas condiciones la planeación es inviable.

Esto es lo que le pasó a Blockbuster, a Kodak, o preocupa a gigantes como la automotriz Ford mientras los servicios de particulares de transporte como Uber arruinan su proyecciones de ventas.

"Hay este sentimiento (como empresa) de que no estoy completamente bajo control de las cosas, y la razón es porque las fuerzas que me llevaron hasta donde estoy no me llevarán hacia adelante. La capacidad de hacer un millón de carros baratos y casi sin defectos es genial para llegar a la eficiencia en un ambiente no estático, pero son horribles para cultivar la innovación.

"Adivina qué, no puedes planear para las criptomonedas. No se trata de planear para lo desconocido, se trata de configurar tu organización para ser exitoso sin importar el ambiente que te llegue. En el largo plazo debes inyectar la habilidad de innovar y ser más ágil, y la mayoría de organizaciones no ha resuelto eso", dice.


EL OUTSIDER

Fundada en 1993 por los tecnólogos Bob Young y Marc Ewing, Red Hat es reconocida como uno de los estandartes mundiales sobre código abierto y cultura colaborativa. Como una de las promotoras del sistema operativo libre Linux, Red Hat provee a empresas y gobiernos de toda la infraestructura, mentoría y soporte para que ellos mismos desarrollen su propio software.

Hoy, la Bolsa de Valores de Nueva York, Barclay's, UPS, Lufhansa, el Ejército Británico o BBVA, son algunos de sus clientes más importantes y es aliada de nombres como Amazon, Alibaba o Google.

Según sus defensores, esta forma de trabajar no sólo libra a los consumidores del pago oneroso de software privado, sino que los empodera como generadores de un conocimiento que se refina gracias a la colaboración global.

De acuerdo con Red Hat, cada vez más compañías se convertirán en empresas de software, independientemente de su rubro, lo que influirá significativamente en los entornos laborales y los recursos que son parte de ellas.

Esta teología de la liberación tecnológica le ha granjeado a Red Hat tales enemigos como Steve Ballmer, entonces CEO de Microsoft en 2001, quien llegó a referirse a ella como un "cáncer que se adhiere a la propiedad intelectual de todo lo que toca"; declaración que Jim recuerda con una larga carcajada.

Luego de haber dirigido a la aerolínea Delta de 2005 a 2007 para salvarla de la banca rota, Jim Whitehurst llegó a Red Hat en enero de 2008 como parte de un movimiento para darle una mejor organización a la empresa de cara a una agresiva expansión en los años por venir, según analistas de ese tiempo.

Bajo su liderazgo, Red Hat se integró a la lista de Forbes de “Las compañías más innovadoras del mundo” en 2015, 2014 y 2012 y se incorporó al índice bursátil S&P 500 Standard and Poor´s en 2009. Además, convirtió a Red Hat en la primera compañía de soluciones de código abierto en alcanzar una facturación de tres mil millones de dólares al cierre del último año fiscal y 65 trimestres consecutivos de crecimiento, tiene 90 oficinas en 35 países y emplea a 11 mil personas.

Uno de los signos más palpables de su impacto en el escaparate tecnológico fue la alianza establecida con Microsoft para proveer soluciones de software libre para el servicio de nube de la empresa de Bill Gates en 2015, Azure, y dejó atrás su campaña de linchamiento.

Como la cara más visible de esta revolución, durante los últimos 10 años Whitehurst se ha convertido en uno de los CEO's más vocales sobre las bondades del software de código abierto y sobre cómo llevar esta filosofía a las organizaciones, incluso es autor del libro titulado La organización abierta: encendiendo la pasión y el desempeño.

"Tuve la oportunidad de ver a Red Hat como un outsider y lo que me doy cuenta es que la razón por la que tiene tanto éxito en cuanto a la innovación es porque tenemos una cultura que está construida para eso, un montón de procesos están hechos para eso. Generar innovación es la clave.

"Disculpa si hablo mucho, pero es un tema que me apasiona demasiado", dice.


CHANGE OR DIE

"Estuve hablando con el CEO de una de las compañías químicas más grandes y el modo en el que él lo puso fue así: 'Oye, la forma en la que solíamos innovar era cada 20 años, y luego explotábamos eso durante 20 años, y sólo entonces debíamos pensar en innovación, ahora debemos hacerlo todo el tiempo porque el ciclo de vida de los productos es más corto", platica Jim.

Así como el software libre se nutre del desarrollo colaborativo de miles de personas, Jim explica que las organizaciones más exitosas son las que establecen condiciones para que sus integrantes innoven.

"Cuando quieres lograr eficiencia, lo que es bien importante es que el trabajador en el mostrador realmente conozca bien sus responsabilidades, saber cómo interactuar con las personas a su alrededor y sabrán cómo serán medidas, porque encajan en un todo y necesitan saberlo.

"Pero cuando tratas de lograr un mayor nivel de agilidad o innovación debes voltear eso, todos deben de conocer la estrategia de la empresa, necesitan saber la estrategia de su función y cómo eso encaja en el todo, pero no deben saber específicamente cómo hacer su trabajo, si quieres que innoven debes de tratar de hacer las cosas distinto, necesitas permitir más libertad en cómo las personas actúan", señala Jim.

Este cambio de paradigma -dice- aplica para todas las industrias y todos los países. Sobre México, Jim asegura que su nivel de desarrollo y su vocación manufacturera no la excluye de estas tendencias mundiales.

"No creo que desarrollado contra no desarrollado importe tanto. Los ganadores son aquellos que resuelven cómo innovar más rápido, así que en un mercado como este hay una gran oportunidad para que las personas hagan eso.

"Si no empiezas a construir esto rápido en juntas, aceptando errores, permitiendo que la gente tenga más libertad para encontrar las responsabilidades en su trabajo, entonces la transformación tradicional fracasa. Si no puedes cambiar la cultura , cómo tratas a la gente, la misión de la compañía entonces nunca serás exitoso en la transformación digital", finaliza.


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