James Howells vive en Newport, en Gales del Sur. Hace algunos años minó 7,500 bitcoins en algunos días, cuando nadie lo hacía. Después, se olvidó de aquello y el disco duro en el que archivó todos los datos terminó en un vertedero.
Actualmente se dedica a la búsqueda de ese disco duro, ya que su valor alcanza los 315 millones de euros, por lo que es prioritario para él recuperarlo. Incluso abandonó su trabajo para dedicar el día entero a buscar el objeto, aunque el ayuntamiento de su ciudad no se lo permite, pues remover el vertedero en el que podría estar el disco duro causaría daños medioambientales.
Cuándo Howells se dió cuenta de lo que estaba pasando, inició la búsqueda, que terminó convirtiéndose en una obsesión.
La agonía y desesperación del sujeto crecía con la misma rapidez que el valor del disco duro, ya que cuando comenzó la búsqueda, valía 5 millones de euros. Además, la basura en dicho sitio ocupaba lo mismo que 15 campos de fútbol.
Después de algún tiempo logró contactar con el dueño y éste le dió esperanzas, ya que era factible localizar la zona en la que se pudo tirar el disco duro, solo tenía que obtener el permiso del Ayuntamiento para hurgar en el vertedero.
Terminó ofreciéndoles el 25 % de lo que encontraran para recuperar los daños económicos causados por el COVID-19, pero el Ayuntamiento seguía negándole el permiso.
Realizó planes y métodos para iniciar la operación de búsqueda en el área designada, pero lo siguen rechazando. El gobierno asegura que el proyecto es demasiado arriesgado para el medioambiente, mientras tanto, los Bitcoins permanecen perdidos.