/ martes 31 de octubre de 2017

Bob Dylan revela parte de su etapa como auténtico predicador

El ganador del Nobel de Literatura 2016, dejó a todos sus fans fuera al editar en 1979 Slow train coming, disco en el que el músico de origen judío manifestaba su conversión al cristianismo

LOS ÁNGELES, EU.- La etapa cristiana de Bob Dylan, uno de los periodos más misteriosos y peculiares de toda su carrera, centra su nuevo lanzamiento de rarezas y canciones inéditas en Trouble no more, el volumen número 13 de su aclamada The bootleg series.

Un centenar de temas, incluyendo canciones hasta ahora no publicadas, demos, ensayos y tomas en vivo, componen un mastodóntico pack de ocho discos más un DVD que bucea en su obra entre 1979 y 1981, cuando Dylan se convirtió al cristianismo y llevó su fe a muchos  escenarios con la convicción y el entusiasmo de un auténtico predicador.

Los seguidores y estudiosos de Dylan, auténticos especialistas en descifrar y explorar cada milímetro de su trayectoria, suelen hablar de los años cristianos del músico a la hora de abordar los álbumes Slow train coming (1979), Saved (1980) y Shot of love (1981).

Tras erigirse en los años 60 en un emblema del folk y la canción protesta y causar posteriormente una conmoción al electrificar su sonido y acercarlo al rock, la década de los 70 de Dylan osciló entre notables patinazos y algunos trabajos soberbios como Blood on the tracks (1975) o Desire (1976).

Sin embargo, Dylan dejó prácticamente a todos sus fans  fuera de juego al editar en 1979 Slow train coming, un disco en el que el músico de origen judío manifestaba a corazón abierto su conversión al cristianismo y en el que la fe era el sorprendente motor narrativo de todas las canciones.

Este inesperado movimiento creativo y espiritual no fue, sin embargo, muy bien recibido.

“Me decepcionó un poco. Quería escuchar rock and roll y escuché a Bob Dylan cantando góspel. No vine aquí a escuchar sermones, (para eso) podría haber ido a la iglesia”, dice uno de sus contrariados seguidores en el documental Trouble no more que forma parte de este nuevo lanzamiento discográfico.

Lo cierto es que el góspel y el blues se filtraron en el rock intenso que proponía Dylan en aquellos años, en los que sus poderosos conciertos se teñían de misticismo con unos temas que hablaban de manera directa, sin rodeos ni rebuscadas metáforas, de la fe, la salvación, el pecado, la redención, las tentaciones y los encuentros con Dios.

Así, Trouble no more presenta nuevos cortes o interpretaciones distintas de canciones como “Gotta serve somebody”, “When you gonna wake Uup?” o “Precious angel” que no desentonarían en una misa con aires de rock.

También contiene 14 temas que no se habían publicado hasta ahora, aunque algunos sí habían tenido una distribución informal entre sus fans, como “Ain’t gonna go to hell for anybody” o “Jesus is the one”.

Uno de los aspectos más jugosos de Trouble no more es el documental homónimo dirigido por Jennifer Lebeau y que intercala metraje nunca visto de sus conciertos en 1980 con fragmentos grabados en la actualidad con el actor Michael Shannon, que se pone en la piel de un sacerdote en plena homilía para aportar el contexto religioso en el que se movía Dylan en esos tiempos.

No obstante, lo que más llama la atención del DVD en directo es la enorme devoción y ardor espiritual de Dylan sobre el escenario, completamente comprometido con su nueva fe cristiana y rodeado de una banda intachable y un coro femenino, en una clara referencia al góspel, para tratar de difundir el evangelio a través del rock.

Trouble no more saldrá a la venta el próximo viernes 3 de noviembre y, además de la edición completa de ocho discos más DVD, también estará disponible a través de una versión más modesta y accesible de solo dos álbumes.

LOS ÁNGELES, EU.- La etapa cristiana de Bob Dylan, uno de los periodos más misteriosos y peculiares de toda su carrera, centra su nuevo lanzamiento de rarezas y canciones inéditas en Trouble no more, el volumen número 13 de su aclamada The bootleg series.

Un centenar de temas, incluyendo canciones hasta ahora no publicadas, demos, ensayos y tomas en vivo, componen un mastodóntico pack de ocho discos más un DVD que bucea en su obra entre 1979 y 1981, cuando Dylan se convirtió al cristianismo y llevó su fe a muchos  escenarios con la convicción y el entusiasmo de un auténtico predicador.

Los seguidores y estudiosos de Dylan, auténticos especialistas en descifrar y explorar cada milímetro de su trayectoria, suelen hablar de los años cristianos del músico a la hora de abordar los álbumes Slow train coming (1979), Saved (1980) y Shot of love (1981).

Tras erigirse en los años 60 en un emblema del folk y la canción protesta y causar posteriormente una conmoción al electrificar su sonido y acercarlo al rock, la década de los 70 de Dylan osciló entre notables patinazos y algunos trabajos soberbios como Blood on the tracks (1975) o Desire (1976).

Sin embargo, Dylan dejó prácticamente a todos sus fans  fuera de juego al editar en 1979 Slow train coming, un disco en el que el músico de origen judío manifestaba a corazón abierto su conversión al cristianismo y en el que la fe era el sorprendente motor narrativo de todas las canciones.

Este inesperado movimiento creativo y espiritual no fue, sin embargo, muy bien recibido.

“Me decepcionó un poco. Quería escuchar rock and roll y escuché a Bob Dylan cantando góspel. No vine aquí a escuchar sermones, (para eso) podría haber ido a la iglesia”, dice uno de sus contrariados seguidores en el documental Trouble no more que forma parte de este nuevo lanzamiento discográfico.

Lo cierto es que el góspel y el blues se filtraron en el rock intenso que proponía Dylan en aquellos años, en los que sus poderosos conciertos se teñían de misticismo con unos temas que hablaban de manera directa, sin rodeos ni rebuscadas metáforas, de la fe, la salvación, el pecado, la redención, las tentaciones y los encuentros con Dios.

Así, Trouble no more presenta nuevos cortes o interpretaciones distintas de canciones como “Gotta serve somebody”, “When you gonna wake Uup?” o “Precious angel” que no desentonarían en una misa con aires de rock.

También contiene 14 temas que no se habían publicado hasta ahora, aunque algunos sí habían tenido una distribución informal entre sus fans, como “Ain’t gonna go to hell for anybody” o “Jesus is the one”.

Uno de los aspectos más jugosos de Trouble no more es el documental homónimo dirigido por Jennifer Lebeau y que intercala metraje nunca visto de sus conciertos en 1980 con fragmentos grabados en la actualidad con el actor Michael Shannon, que se pone en la piel de un sacerdote en plena homilía para aportar el contexto religioso en el que se movía Dylan en esos tiempos.

No obstante, lo que más llama la atención del DVD en directo es la enorme devoción y ardor espiritual de Dylan sobre el escenario, completamente comprometido con su nueva fe cristiana y rodeado de una banda intachable y un coro femenino, en una clara referencia al góspel, para tratar de difundir el evangelio a través del rock.

Trouble no more saldrá a la venta el próximo viernes 3 de noviembre y, además de la edición completa de ocho discos más DVD, también estará disponible a través de una versión más modesta y accesible de solo dos álbumes.

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