Este sábado, el Coliseo Centenario se transformó en un auténtico festival infantil gracias a la mágica presentación de Luli Pampín, quien cautivó a cientos de niños en su tour "El Libro Musical". Desde temprano, familias enteras se congregaron para disfrutar de un evento que prometía diversión y emoción.
La llegada al recinto estaba llena de energía; muchos niños, especialmente las niñas, se disfrazaron de su artista favorita, mientras algunas mamás se sumaban a la alegría coordinando sus atuendos con los de sus hijos. El ambiente se inundó de colores y accesorios: muñecas, pelucas y banderines que reflejaban la euforia de los pequeños.
A las 18:00 horas, comenzó el esperado espectáculo. Una pantalla gigante mostró un video de Luli, creando un ambiente cálido antes de su aparición. Vestida con un espectacular vestido rosa adornado con notas musicales y su icónica peluca rosa, Luli salió al escenario acompañada de bailarines, llevando a los niños a un viaje musical y literario.
A lo largo del show, Luli promovió el amor por la lectura de una manera divertida, haciendo que los niños se sintieran parte de la historia. Las primeras canciones, como "La vaca Lola" y "El pollito Tito", pusieron a todos a bailar, creando un ambiente festivo y alegre.
La interacción con "Polvozo", un personaje que aunque no era muy atractivo logró captar la atención de los niños con preguntas divertidas, mantuvo la energía en alto. Luli cambió de vestuario a un vibrante azul rey y continuó encantando a su audiencia con temas como "Pirata de nieve" y "Chumbala cachumbala".
El espectáculo continuó con más canciones que animaron a los pequeños a cantar al unísono, incluyendo "Mariposa hermosa" y "Hormiguita". Un popurrí de sus éxitos permitió que todos recordaran las melodías que ya habían disfrutado, culminando en un gran final con "Llegó el carnaval" y un emotivo tema sobre el Día de Muertos.
Luli Pampín se despidió de su fiel público a las 19:25 horas, dejando a todos con una sonrisa y coreando sus canciones. La tarde, llena de energía, color y diversión, sin duda quedó grabada en la memoria de los niños laguneros, quienes regresaron a casa con los corazones alegres y una renovada pasión por la música y la lectura.