/ sábado 23 de junio de 2018

Más allá de prejuicios, TV se abre a personajes gays

Las producciones televisivas paulatinamente se han abierto para incluir en sus historias personajes homosexuales

Todavía en las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado la comunidad gay era objeto de críticas y burlas, una situación que se arrastraba desde siempre. Vilipendiados, satanizados, injuriados, rechazados y ajusticiados, los homosexuales eran víctimas de escarnio y discriminación por una sociedad mojigata que se negaba a aceptarlos. Pero los tiempos han cambiado y la mentalidad de la gente también, en un clima de apertura al que han contribuido notablemente los medios de comunicación, la televisión entre ellos.

La TV de hoy aborda el asunto en serio y con libertad. Si bien la imagen de los chicos gay antaño era manejada en tono de farsa o con ribetes denigrantes, los prejuicios en este tenor han desaparecido. Ya no asusta ni escandaliza al televidente la contemplación de un beso del mismo sexo en pantalla, como tampoco una abierta relación homosexual. Porque sencillamente la televisión es un reflejo de la realidad; de hecho toma elementos de la vida real para producir sus contenidos, adaptándose a la actualidad.

No ha sido fácil, pero se ha avanzado al respecto y la comunidad gay en nuestro país se siente orgullosa de ello: “Somos seres humanos”, claman en sus concentraciones masivas. “Pero la lucha continúa porque persiste lahomofobia”, dicen.

Sin embargo, es evidente la realidad que muestra la televisión hoy en día, desprovista de tabúes y proyectando gran respeto a la condición humana. Un claro ejemplo son las telenovelas y sus productores que han exorcizado sus demonios.

En La vida en el espejo, producción de TV Azteca de 1999, los actores José María Yázpik y Manuel Blegerman en los papeles de Mauricio y Jim, respectivamente, interpretaron escenas románticas mientras el protagonista (Gonzalo Vega), padre de Mauricio, era criticado por su homofobia a su propio hijo por ser gay. Fue una de las primeras telenovelas en abordar en televisión abierta el antes espinoso tema de la homosexualidad.

En una producción reciente, Papá a toda madre (2017), el beso que se propinaron muy cariñosos Andy Zuno y Raúl Coronado, será recordado durante mucho tiempo, a la vez que recordamos a Sergio Mayer en el rol de un simpático diseñador de imagen en La fea más bella.

Por su parte, el productor Pedro Damián sacó del closet a Fredy, un chavo preparatoriano interpretado por Frantz Cossio en Clase 406.

Los exitosos Pérez en 2009 fue otra producción que resaltó el tema al transmitir una relación homosexual entre dos hombres trabajando en un noticiero de televisión: Tomás Arana y Martín Pérez, interpretados por José Ron y Jaime Camil, respectivamente. Martín aparentemente lleva una vida normal, casado y feliz con su mujer,pero detrás de cámaras su relación con Tomás indica todo lo contrario. Existe un dato curioso: ambos actores se indignaron al enterarse que Televisa cortó una escena donde se besan.

SIN MAQUILLAJE NI CENSURA

La apertura y la denuncia llegaron hasta el productor Juan Osorio, quien en 2001 vistió de mujer a Rodrigo Vidal, convirtiéndolo en una “atractiva” bailarina de cabaret llamada Soraya en la telenovela Salomé. El personaje fue asesinado por su condición gay, en una demostración más de las cosas que suceden en la vida real.

También en 2001 Héctor Suárez Gomiz estelarizó la serie Diseñador ambos sexos, pero en tono de comedia.

De esta forma, el papel de la televisión ha sido fundamental en el destierro de la homofobia y en proyectar la cotidianeidad sin maquillaje ni censura. Prueba de ello el romance entre Ignacio (Rafael Inclán) y Rafa (Juan Carlos Colombo) en Alma de Hierro, producción de Giselle González y Roberto Gómez Fernández en 2008, personajes que llegan al matrimonio.

Rafael Inclán en Amigas y rivales también interpretó a un divertido estilista gay llamado Jacaranda a quien todos conocían cariñosamente como “Jaca”.

Y qué decir del hombre que se enamora del amigo de su… ¡esposa! Sucedió en producción de Telemundo.

¿En dónde está Elisa?, registró la relación entre José Ángel (Omar Germenos) y Ricardo de la Fuente (Melvin Cabrera). Aquél es un hombre casado y padre de un hijo adolescente, aún así, descubre su verdadera sexualidad durante un viaje a España con Ricardo.

El tema hoy es recurrente en la televisión, que abiertamente expresa su evolución al parejo del género humano. Ya no sorprende ver a las parejitas tomadas de la mano o besándose en el Metrobús, y eso es señal de nuestro tiempo.

Los estereotipos gays en tv no dañan

En opinión del escritor Pablo Suack, la televisión maneja estereotipos gay, pero no daña, por el contrario, permite de esta forma que la gente vea que la comunidad gay existe en cualquier lugar, como parte de la condición humana.

Habla sin tapujos: "Los hay desde la muy femenina y la travestida hasta los hombres de negocios, lo importante es entender por qué existen y aceptarlo".

Dramaturgo y guionista, el escritor coescribió el programa Diseñador ambos sexos, de Televisa, una de las primeras producciones que abordó sin prejuicios el tema homosexual en televisión abierta, y ahora escribe Como dice el dicho, donde también se aborda dicha problemática.

"Los derechos de la comunidad gay no fueron liberados por la clase media, sino por hombres vestidos de mujer que se lanzaron a las calles", dijo en entrevista con la Organización Editorial Mexicana y recordó que en el cine mientras más fársico se presentaba el personaje, más divertía y se prestaba para hacer escarnio como sucedía con la "loquita". "La gente no aceptaba que un hombre deseara a otro hombre, pero sí se reía con aquella situación".

Pablo Suack recordó también que la detonación del SIDA en los años 80 (siglo pasado) propagó una pandemia y asustó a la gente al grado de decirte "ya no te me acerques", pero la comunidad gay continuó ganando espacios: "En 1985 la Zona Rosa ya era un refugio muy importante", aseveró. "Aunque todavía te agarraba la policía si creían que estabas ligando en la calle, te subían a las “julias” y te daban tus vueltas a ver qué te sacaban o qué te hacían", añadió.

Ahora “hay mucha apertura. En Diseñador..., César Bono hacía a una ‘loquita’ con elementos muy femeninos, pero estaba prohibido decir que era homosexual. Hoy, la situación es diferente y el tema se trata con libertad, como un asunto que está bien porque es humano, en realidad no debe pasar nada malo".

Pablo Suack aprovechó para presentarnos su primer libro. Crónicas del ocelote y La venada", que ya está a la venta, en el que de una manera irónica comparte sus vivencias en el seno de una familia, dice, "disfuncional". El Ocelote es su padre; La Venada, su señora madre, y otros personajes que aparecen: La Iguana, su hermana; El Delfín, su otro hermano y él mismo es Zorrezno.

"El libro está dedicado a los jóvenes", apunta Suack, quien comenzó su andar en las letras en 1984 en Canal 13, cuando aún no existía TV Azteca, y luego pasó a Televisa integrándose como escritor en el programa Cachún, Cachún, ra, ra.

"Desde chicos nos enseñan que todos somos iguales, pero no es cierto, en realidad todos somos diferentes. La palabra tolerancia no me gusta, porque implica resquemor: bueno, sí, te voy a tolerar, pero no me gusta. La verdad es que nadie en su sano juicio quiere que su hijo sea gay", finalizó.


Todavía en las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado la comunidad gay era objeto de críticas y burlas, una situación que se arrastraba desde siempre. Vilipendiados, satanizados, injuriados, rechazados y ajusticiados, los homosexuales eran víctimas de escarnio y discriminación por una sociedad mojigata que se negaba a aceptarlos. Pero los tiempos han cambiado y la mentalidad de la gente también, en un clima de apertura al que han contribuido notablemente los medios de comunicación, la televisión entre ellos.

La TV de hoy aborda el asunto en serio y con libertad. Si bien la imagen de los chicos gay antaño era manejada en tono de farsa o con ribetes denigrantes, los prejuicios en este tenor han desaparecido. Ya no asusta ni escandaliza al televidente la contemplación de un beso del mismo sexo en pantalla, como tampoco una abierta relación homosexual. Porque sencillamente la televisión es un reflejo de la realidad; de hecho toma elementos de la vida real para producir sus contenidos, adaptándose a la actualidad.

No ha sido fácil, pero se ha avanzado al respecto y la comunidad gay en nuestro país se siente orgullosa de ello: “Somos seres humanos”, claman en sus concentraciones masivas. “Pero la lucha continúa porque persiste lahomofobia”, dicen.

Sin embargo, es evidente la realidad que muestra la televisión hoy en día, desprovista de tabúes y proyectando gran respeto a la condición humana. Un claro ejemplo son las telenovelas y sus productores que han exorcizado sus demonios.

En La vida en el espejo, producción de TV Azteca de 1999, los actores José María Yázpik y Manuel Blegerman en los papeles de Mauricio y Jim, respectivamente, interpretaron escenas románticas mientras el protagonista (Gonzalo Vega), padre de Mauricio, era criticado por su homofobia a su propio hijo por ser gay. Fue una de las primeras telenovelas en abordar en televisión abierta el antes espinoso tema de la homosexualidad.

En una producción reciente, Papá a toda madre (2017), el beso que se propinaron muy cariñosos Andy Zuno y Raúl Coronado, será recordado durante mucho tiempo, a la vez que recordamos a Sergio Mayer en el rol de un simpático diseñador de imagen en La fea más bella.

Por su parte, el productor Pedro Damián sacó del closet a Fredy, un chavo preparatoriano interpretado por Frantz Cossio en Clase 406.

Los exitosos Pérez en 2009 fue otra producción que resaltó el tema al transmitir una relación homosexual entre dos hombres trabajando en un noticiero de televisión: Tomás Arana y Martín Pérez, interpretados por José Ron y Jaime Camil, respectivamente. Martín aparentemente lleva una vida normal, casado y feliz con su mujer,pero detrás de cámaras su relación con Tomás indica todo lo contrario. Existe un dato curioso: ambos actores se indignaron al enterarse que Televisa cortó una escena donde se besan.

SIN MAQUILLAJE NI CENSURA

La apertura y la denuncia llegaron hasta el productor Juan Osorio, quien en 2001 vistió de mujer a Rodrigo Vidal, convirtiéndolo en una “atractiva” bailarina de cabaret llamada Soraya en la telenovela Salomé. El personaje fue asesinado por su condición gay, en una demostración más de las cosas que suceden en la vida real.

También en 2001 Héctor Suárez Gomiz estelarizó la serie Diseñador ambos sexos, pero en tono de comedia.

De esta forma, el papel de la televisión ha sido fundamental en el destierro de la homofobia y en proyectar la cotidianeidad sin maquillaje ni censura. Prueba de ello el romance entre Ignacio (Rafael Inclán) y Rafa (Juan Carlos Colombo) en Alma de Hierro, producción de Giselle González y Roberto Gómez Fernández en 2008, personajes que llegan al matrimonio.

Rafael Inclán en Amigas y rivales también interpretó a un divertido estilista gay llamado Jacaranda a quien todos conocían cariñosamente como “Jaca”.

Y qué decir del hombre que se enamora del amigo de su… ¡esposa! Sucedió en producción de Telemundo.

¿En dónde está Elisa?, registró la relación entre José Ángel (Omar Germenos) y Ricardo de la Fuente (Melvin Cabrera). Aquél es un hombre casado y padre de un hijo adolescente, aún así, descubre su verdadera sexualidad durante un viaje a España con Ricardo.

El tema hoy es recurrente en la televisión, que abiertamente expresa su evolución al parejo del género humano. Ya no sorprende ver a las parejitas tomadas de la mano o besándose en el Metrobús, y eso es señal de nuestro tiempo.

Los estereotipos gays en tv no dañan

En opinión del escritor Pablo Suack, la televisión maneja estereotipos gay, pero no daña, por el contrario, permite de esta forma que la gente vea que la comunidad gay existe en cualquier lugar, como parte de la condición humana.

Habla sin tapujos: "Los hay desde la muy femenina y la travestida hasta los hombres de negocios, lo importante es entender por qué existen y aceptarlo".

Dramaturgo y guionista, el escritor coescribió el programa Diseñador ambos sexos, de Televisa, una de las primeras producciones que abordó sin prejuicios el tema homosexual en televisión abierta, y ahora escribe Como dice el dicho, donde también se aborda dicha problemática.

"Los derechos de la comunidad gay no fueron liberados por la clase media, sino por hombres vestidos de mujer que se lanzaron a las calles", dijo en entrevista con la Organización Editorial Mexicana y recordó que en el cine mientras más fársico se presentaba el personaje, más divertía y se prestaba para hacer escarnio como sucedía con la "loquita". "La gente no aceptaba que un hombre deseara a otro hombre, pero sí se reía con aquella situación".

Pablo Suack recordó también que la detonación del SIDA en los años 80 (siglo pasado) propagó una pandemia y asustó a la gente al grado de decirte "ya no te me acerques", pero la comunidad gay continuó ganando espacios: "En 1985 la Zona Rosa ya era un refugio muy importante", aseveró. "Aunque todavía te agarraba la policía si creían que estabas ligando en la calle, te subían a las “julias” y te daban tus vueltas a ver qué te sacaban o qué te hacían", añadió.

Ahora “hay mucha apertura. En Diseñador..., César Bono hacía a una ‘loquita’ con elementos muy femeninos, pero estaba prohibido decir que era homosexual. Hoy, la situación es diferente y el tema se trata con libertad, como un asunto que está bien porque es humano, en realidad no debe pasar nada malo".

Pablo Suack aprovechó para presentarnos su primer libro. Crónicas del ocelote y La venada", que ya está a la venta, en el que de una manera irónica comparte sus vivencias en el seno de una familia, dice, "disfuncional". El Ocelote es su padre; La Venada, su señora madre, y otros personajes que aparecen: La Iguana, su hermana; El Delfín, su otro hermano y él mismo es Zorrezno.

"El libro está dedicado a los jóvenes", apunta Suack, quien comenzó su andar en las letras en 1984 en Canal 13, cuando aún no existía TV Azteca, y luego pasó a Televisa integrándose como escritor en el programa Cachún, Cachún, ra, ra.

"Desde chicos nos enseñan que todos somos iguales, pero no es cierto, en realidad todos somos diferentes. La palabra tolerancia no me gusta, porque implica resquemor: bueno, sí, te voy a tolerar, pero no me gusta. La verdad es que nadie en su sano juicio quiere que su hijo sea gay", finalizó.


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