GUADALAJARA. Aún no se lanza en streaming y la serie “La liberación” ya genera reacciones de asombro, ironía y polémica en sus proyecciones a puerta cerrada: “No señorita, ahora si me dieron miedo. Hasta satánicas son. ¿Es que nos van a matar a todos ahora o qué?”
Así lo recuerdan las actrices Casandra Ciangherotti, Johanna Murillo, Ilse Salas y la directora Alejandra Márquez, quienes esperan, que más que escándalo, se genere en el público una reflexión de resistencia ante el patriarcado.
Se trata de una producción de Amazon Prime, en la que relata la compleja relación de una periodista cultural, una actriz en busca del papel de sus sueños y una agente de relaciones públicas que se verán en la complicada situación de defender a un prestigiado cineasta amenazado con ser acusado como agresor sexual y violador. Todo mientras de fondo, se va contando de forma alegórica, la historia de las brujas durante la época medieval.
Las actrices protagonistas y la directora, revelan en entrevista algunos ingredientes que echaron en el caldero para confabular esta historia, de la cual todas son productoras, un proyecto que se concreta seis años después de que trabajaron en la película “Las niñas bien” (2018).
“Creo que en este proyecto fue multifactorial. Por un lado, estaba nuestra relación, esa manera de convocarnos continuamente y nuestras ganas de seguir trabajando juntas; mientras, por otro, luego sucedió el #MeToo en el mundo; además de que todas estábamos leyendo varias cosas sobre feminismos”, dice Alejandra Márquez mientras voltea a ver a sus amigas y compañeras.
Más que una idea
Sin embargo, la directora afirma que más que una idea que fuera vendida a una casa productora, lo que ellas ven en esta nueva producción es el reconocimiento de sus propias realidades, pero más que eso, el de millones de mujeres a lo largo de la historia.
Pensamiento que reforzaron con una de esas lecturas que tuvieron en común, “Calibán y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación primitiva” (2004), de la escritora italiana Silvia Federici.
“Es una lectura del marxismo desde el feminismo. Pero lo interesante es que plantea el origen del patriarcado como lo conocemos, el modo en que el machismo que vivimos todos los días se estableció en la transición del mundo feudal al capitalismo y cómo el sistema nos acomodó en la sociedad a las mujeres desde el siglo XIII.
“Es por eso que la serie que de una manera muy juguetona y divertida, con comedia involucrada, disfraces y pelucas, trata de llevar ese mundo medieval, acartonado y fársico, a la vida de estas mujeres, como un espacio al que una se puede ir a sanar las heridas patriarcales porque ahí fueron gestadas”, apunta Alejandra Márquez.
Formas de sobrevivir
Otra característica de esta serie es que tiene la capacidad de mostrar distintas formas de ser mujer, así como de la experiencia del feminismo. Un elemento que las productoras buscaron retratar en esas largas conversaciones, en las que llegaron a cuestionarse incluso a sí mismas lo que significaba ser en verdad liberadas.
“Si bien algunas han podido utilizar su intelecto y otras su cuerpo, o tienen a sus hijos, todas esas situaciones han tenido sus partes luminosas y sus partes oscuras. Hasta la fecha yo misma sigo con muchas dudas con respecto a si una fotografía en traje de baño es una liberación real o de dónde surge. Creo que lo hace esta serie es que te permite adentrarte realmente en ti misma y veas que habita ahí, para que luego pienses cuáles son tus motivos y tus razones para moverte en el mundo”, dice Cassandra Ciangherotti.
El humor es una llave
A pesar de que se trata de una serie que en cada capítulo toca temas sensibles, sobre diferentes tipos de violencia ejercida contra las mujeres, una de sus características es la constante presencia de humor negro e irónico, que provocan la risa al reflejar lo absurdo (aunque lamentablemente real) que hay en distintas dinámicas anquilosadas del patriarcado.
“El humor es una de las llaves para que nos volteemos a ver los seres humanos y reconozcamos nuestras fallas desde un lugar más conciliador y lúdico. Muchas veces es la única forma en la que podemos hablar de los temas escalofriantes y difíciles, una herramienta que creo en verdad nos ha sido muy útil durante toda nuestra existencia”, dijo Johanna Murillo.
Conmovidas y maduras
Sobre el tiempo que tardaron en volver a estar juntas en un proyecto audiovisual, después de “Niñas bien”, las actrices se dicen contentas y alegres con sus esfuerzos, además del compañerismo que sintieron en todo momento durante la gestación de este proyecto.
“Estoy muy conmovida, como que no te cae el 20 de qué pasaron tantos años, que pasaron tantas cosas y que ya está la realidad poco a poco. Pero sobre todo tengo orgullo de ver el resultado después de años de trabajo y de amistad”, dijo Ilse Salas.
➡️ Únete al canal de El Sol de México en WhatsApp para no perderte la información más importante
“Creo que hemos cambiado nosotras y que también lo ha hecho la sociedad, además de la percepción que tenemos de ella. Está cañón, porque ya pasaron muchos años. Pero creo que aún hay problemáticas que habíamos planteado en Las niñas bien también siguen planteándose en La liberación, y es justamente por eso, que aún siguen, que tenemos que seguir cuestionándolo”, finaliza directora.