Alarma ante contaminación por amoníaco en La Laguna: Valdés Perezgasga

El ambientalista Valdés Perezgasga subraya que no hay métodos, ni equipo para contener el crecimiento de amoníaco en la Comarca Lagunera

Armando Cobián Lafont | El Sol de La Laguna

  · martes 30 de noviembre de 2021

Las vacas generan desechos que liberan el amoníaco. / Foto: Antonio Meléndez | El Sol de La Laguna

Torreón, Coahuila.- Luego de que los especialistas franceses dictaminaran en 2008 a Torreón como la cuarta ciudad más contaminada con amoníaco en el mundo, las cifras siguen subiendo y no se hace nada al respecto, pues uno de los principales generadores del problema son las vacas, pollos, porcinos y otras actividades agrícolas ante las cuales no se ha hecho nada. En La Laguna se estiman existen más de 600 mil vacas, un millón de aves y 50 a 60 mil porcinos que generan grandes emisiones de amoníaco atmosférico, advirtió el doctor y ambientalista Francisco Valdés Perezgasga.

“Si bien es cierto no se usa en forma directa el amoníaco en las actividades agropecuarias, sino una serie de compuestos basados en nitrógeno y el cual a descomponerse genera amoníaco, igual, lo que emiten las vacas en sus desechos sólidos son compuestos ricos en UREA, la cual está basada en nitrógeno que descompone en amoníaco, no es directo. Nunca se puso el amoníaco directo en la tierra, pero si se está generando sin verlo una grave contaminación”, explicó el ambientalista.

“Lo que más se usa es el llamado nitrato de amonio, que lleva dos veces nitrógeno, en el nitrato y en el amonio, eso ya al descomponerse forma el amoníaco y son las emisiones tan altas de amoníaco que tenemos en la Comarca Lagunera”, recalcó.

También puedes leer: El agua en La Laguna es un riesgo para la salud

“Cuando se nos dijo que éramos el cuarto lugar a nivel mundial de amoníaco fue hace cinco años, del 2008 al 2016, y nunca hicieron nada las autoridades ambientales, ni de SEMARNAT, ni de Ecología, ni de PROFEPA, nadie. Todos quedaron mudos como cuando el arsénico y el plomo”, puntualizó el doctor Francisco Valdés Perezgasga.

“Nada puede contener la presencia del amoníaco, solo quitar vacas, porque no hay manera de capturar esas emisiones, cada vaca las emite por su parte y sería imposible un pañal o una mascará a cada uno de ellas”, advirtió.

Francisco Valdés Perezgasga, ambientalista. / Foto: Antonio Meléndez | El Sol de La Laguna

TORREÓN, EN EL OJO DEL AMONÍACO

Ahora, de acuerdo a especialistas europeos, un registro satelital establece que Torreón arroja a la atmósfera altas concentraciones de hidróxido de amonio derivado de los procesos industriales, que si bien ponen en riesgo medio a cualquier mamífero, incluido el ganado que padece una gran incidencia de abortos en vacunos. En el plano global colocan a la ciudad como un margen de referencia negativo, al contribuir con sus emisiones al cambio climático.

GONZALO GARCÍA VARGAS ADVIRTIÓ ALTOS NIVELES DE AMONÍACO

“Ranqueada la ciudad de Torreón en el cuatro lugar de toxicidad en cuanto a emisiones de amoníaco, de acuerdo a investigadores del CNRS de Francia y de la Universidad Libre de Bruselas que realizaron el primer mapa global de amoníaco atmosférico (NH3), a través del análisis de mediciones satelitales realizadas entre 2008 y 2016, el toxicólogo Gonzalo García Vargas indicó en su momento que el estudio era innovador pues media el espectro de varios gases y el primero que se publica es el de hidróxido de amonio”.

“En contexto, el estudio refiere que el amoníaco contiene nitrógeno emitido a la atmósfera, primordialmente durante las prácticas agrícolas, mismo que retorna a la superficie terrestre a través de depósito seco o por la lluvia. Es el amoníaco hidratado”.

¿PARA QUÉ SIRVE EL AMONÍACO EN EL SUELO?

El amoníaco es una fuente importante de nitrógeno para las plantas. Este compuesto está presente en el suelo, el agua y el aire. El nitrógeno promueve el crecimiento de las plantas y mejora la producción de frutos y semillas. También es esencial para la fotosíntesis.

EL AMONÍACO EN LA AGRICULTURA

El amoníaco ha sido utilizado en la agricultura desde principios del siglo XX. En 2004, el 83 % del amoníaco producido industrialmente en el mundo se usaba como base para fertilizantes agrícolas, lo que supone un consumo de más del 1% del total de la energía que produce la humanidad.