Saltillo, Coahuila. - La desaparición de abejas hoy, no es solo una preocupación en Coahuila, en especial en la Comarca Lagunera, incluida de la de Durango, sino a nivel mundial, por la importancia de la polinización en la conservación del medio ambiente y la producción de una gran variedad de alimentos (frutas), donde uno de sus principales enemigos son los insecticidas.
Ante el gran declive de las abejas, en la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango se ha levantado una alerta, porque en el 2015 y el 2016, los apicultores perdieron cerca del 49 por ciento de sus colmenas.
Así, después de contar con 6 mil 256 colmenas, solamente les quedaron 3 mil 190, reducción que atribuyen al uso de plaguicidas en la zona al encontrar en los panales restos de sustancias tóxicas.
Las colmenas, se localizan en los municipios de Torreón, San Pedro, Francisco I. Madero y Matamoros, de lado de Coahuila, mientras que en Durango son en los 10 que forman la Comarca Lagunera en el país.
Ante esta situación, el diputado Fernando Izaguirre propuso en el Congreso del Estado el prohibir el uso de insecticidas, plaguicidas y pesticidas neonicotinoides (que afecta el sistema nervioso central de los insectos, con cualquier fórmula dañina para las abejas y otros polinizadores, cuyas colmenas y poblaciones se están reduciendo en Coahuila, México y el resto del mundo.
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Esta disminución de abejas, expresó al plantear adiciones a la Ley Apícola, puede ser por los efectos de la industria agroquímica, la agricultura industrializada y el cambio climático.
Los productos químicos tóxicos afectan el sistema nervioso central de estas especies animales, generando efectos como incapacidad para aplicar el conocimiento, pérdida del sentido de orientación, depresión del sistema inmune y desórdenes digestivos, que se traducen en su muerte.
Países europeos ya prohibieron esos productos dañinos debido a su alta toxicidad. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, tras analizar mil 500 estudios científicos, reportó que, al utilizarse en cultivos de maíz, girasol y algodón, por ejemplo, que terminan por afectar a las abejas y otros insectos.
“Hay una disminución progresiva de abejas, que son los principales insectos polinizadores, su desaparición sería catastrófica, ya que son los principales productores, no solo de polen, que contribuye al reino vegetal del planeta, sino que también, a la producción de miel”, informó el legislador.
La organización Greenpeace informó que las abejas son mucho más importantes de lo que pensamos y la producción de alimentos a nivel mundial y la biodiversidad terrestre dependen en gran medida de la polinización, un proceso natural que permite que se fecunden las flores y den así frutos y semillas.
Lo que hay que saber:
Para producir un kilo de miel, una abeja debería visitar cuatro millones de flores y recorrer una distancia equivalente a dar la vuelta al mundo cuatro veces.