Tras mencionar que el Cañón de Fernández fue declarado como zona natural protegida un 25 de abril del año 2004 por el Congreso del Estado de Durango, el subsecretario en la región Lagunera de la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Javier Franco dijo que se cuenta con 17 mil 001 hectáreas.
Aunado a lo anterior, remarcó que la administración está a cargo de la propia subsecretaría con apoyo del ayuntamiento de Lerdo, así como de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Juárez y el Instituto Superior de Lerdo, además de la colaboración de asociaciones civiles que forman parte del Consejo Consultivo.
Lo anterior lo declaró tras ser cuestionado sobre el particular, por lo que añadió que el Parque Estatal Cañón de Fernández en el año 2008 fue reconocido como sitio de importancia internacional ante la Conservación de sitio Ramsar número 1747, por la existencia de un gran humedal formado por la zona riparia y el vaso de la presa Francisco Zarco, en medio del Desierto Chihuahuense.
Enseguida, el funcionario remarcó que el Cañón de Fernández es un humedal ripario y alberga un gran número de especies vulnerables y en peligro de extinción, así como comunidades ecológicas amenazadas, y es un polo de alta biodiversidad de flora y fauna. Este humedal contribuye a recargar los mantos acuíferos y moderar el clima local. El PECF realiza las funciones de un corredor biológico, uniendo dos de los ecosistemas regionales de mayor importancia: el Desierto Chihuahuense y los bosques templados de la Sierra Madre Occidental.
En base a lo anterior, se tiene un cuidado muy especial de este humedal que se encuentra al sur de Lerdo, de ahí que al existir un Consejo Consultivo que está formado por los tres niveles de gobierno, así como instituciones, universidades y asociaciones civiles, se trabaja de manera conjunta para su conservación y mejoramiento.
A pregunta expresa, detalló que ya están autorizada por el gobernador Esteban Villegas la construcción de tres casetas de vigilancia de manera estratégica, a fin de evitar la entrada a los automóviles denominados raecer, motocicletas que ocasionan mucho daño al parque estatal.
“Si este tipo de automovilistas supieran lo que significa y la riqueza de este humedal con que cuenta Lerdo, la Laguna y el estado de Durango, no se presentarían cada fin de semana para tratar de dañarlo con sus vehículos”, explicó para terminar.