Lerdo, Durango. – Por las ganas de ayudar a la gente y sentir esa satisfacción, hace 15 años César Chávez Arreola comenzó a trabajar como policía, ha servido en diversas corporaciones y actualmente se desempeña en la Dirección de Seguridad en Lerdo, en donde colabora desde el 2014.
“Lo que hago es proteger y salvaguardar a la ciudadanía, mediante acciones de prevención, a través recorridos o atención de reportes de emergencia”.
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Actualmente, cuenta 38 años de edad, es casado y tiene tres hijos, y no deja de ilusionarle cada día por salir a las calles a cuidar a las personas que ni siquiera conoce.
“Mi secreto es que de niño me ponían a ver las películas de los Almada y ahí nació ese gusto de los balazos, de agarrar a los delincuentes y así creció mi vocación”.
Sin embargo, de las balaceras en películas pasó a vivirlas en enfrentamientos reales y hasta ver morir a varios compañeros.
Además, en el tiempo más delicado de la inseguridad, le tocó participar el reporte de un enfrentamiento y al llegar, vio cómo una mujer baja de un camión del transporte público con su hijo en brazos, el cual estaba sin vida debido a una bala perdida.
“Duele ver el dolor de la gente, por más fuerte que uno quiera ser, pero también nos encontramos con situaciones muy bonitas”.
Entre lo bueno, comentó que ha contribuido a que “muchos” niños perdidos vuelvan a encontrarse con sus familiares.
No obstante, la experiencia que más lo ha marcado, para bien, fue cuando en un recorrido se topó a una mujer a punto de dar a luz y los paramédicos no llegaban, por lo que decidió llevarla en la patrulla al hospital, en donde tuvo a su bebé y en agradecimiento por lo que hizo para que llegara a este mundo, le pusieron su nombre.
“Nació con buena salud el niño, gracias a Dios. Son cosas que comprueban que es una labor muy bonita. Son situaciones que te hacen ver lo valioso del agradecimiento, más que lo material”.
Para Chávez Arreola un policía ejemplar es el que tiene la vocación de servir y proteger.