Desalentador y triste ver a gente morir y que a la sociedad no le interese

Atiende el área covid del ISSSTE de Lerdo y ha sido testigo del terrible sufrimiento de cientos de pacientes

Miguel Solís | Noticias de El Sol de La Laguna

  · martes 22 de diciembre de 2020

A la hora de trabajar en el área Covid utilizan todo el tiempo un traje especial para protegerse. / Foto: Cortesía

Lerdo, Durango.- “A veces no nos dan el suficiente crédito, de que somos los que seguimos aquí, pasan los días y nosotros seguimos metidos en un área de covid, metidos en un traje de protección y nadie sabe de nosotros”, fueron las palabras del Dr. Jesús Alejandro Pereda Herrera, Médico Urgenciólogo que atiende el área Covid-19 del ISSSTE de Lerdo, quien compartió su experiencia en esta pandemia, en la que ha visto el sufrimiento de cientos de pacientes que adquirieron el virus, incluyendo el de muchos que no sobrevivieron.

Con 47 años de edad y 22 de servicio, siempre en el área de urgencias, el Dr. Pereda recordó que, junto con otros compañeros, es parte del área covid desde el día 1, en donde atendieron desde el primer paciente que ingresó, viendo desfilar desde entonces a cientos de ellos: “realmente es triste ver agonías muy largas, de pacientes o familiares que nos piden no ser intubados, ese tipo de agonías es desgastante para uno, para el personal de enfermería, el ver cómo una persona va muriendo poco a poco por la falta de aire, una asfixia, los pulmones están todos llenos, tapados de secreciones, hay inflamación y no podemos hacer nada”.

Dr. Alejandro Pereda, Médico Urgenciólogo que atiende área Covid en el ISSSTE de Lerdo. / Foto: Cortesía

Agregó que hay impotencia y desesperación porque no existe a la fecha, un tratamiento eficaz para combatir al virus: “los tratamientos que hay son muy controvertidos, unos buenos, otros malos, así opinan diferentes médicos y eso hace difícil poder homologar uno solo y dar la mejor atención posible”.

Lamentablemente, a Jesús Alejandro le ha tocado enfrentar la muerte de compañeros, conocidos y amigos en esta lucha diaria contra el Covid-19: “una impotencia enorme de que se entregaron a su trabajo, que no abandonaron las salas de urgencia, de covid, murieron y nadie dijo nada, nadie les hizo un reconocimiento, entonces, hasta cierto punto da algo de coraje, de tristeza, de ver tanta apatía de la sociedad, a veces de las autoridades, pero esto tiene que continuar”.

¿Es real el temor de un médico de infectarse?

“Principalmente miedo con nuestras familias, de afectarlos, en lo que va de esta pandemia dos veces me han hecho pruebas, porque siente uno que ya está positivo o ya se ha enfermado, ya salí positivo en una, gracias a Dios no pasó nada, pero el miedo ahí está todo el tiempo, de ver que no estamos exentos de que nos pueda pasar algo más”.

Con todo lo que viven en el hospital, también esté la incertidumbre al regresar a casa o al momento de ver a la familia: “sí ha sido muy desgastante y todo eso llevarlo a nuestra casa, los que tenemos oportunidad de tener familia o familiares grandes, papás o abuelos, pues está el miedo de poderles llevar este virus, de no podernos acercar a los hijos, no poder ir a visitar a sus abuelos o gente mayor porque corren el riesgo de que los infectemos”.

Con el segundo brote de contagios en todo el país, los servicios médicos están siendo rebasados, los hospitales están saturados y cada vez el personal de salud es más reducido, cargándose el trabajo para quienes siguen en la primera línea de combate al virus: “hay jornadas extenuantes, trabajar de 10 a 12 horas metidos en un traje de protección personal, no puedes tomar agua, no puedes ir al baño, tienes que atender un paciente, así no haya aire o simplemente el clima del hospital, de todos modos tienes que entrar”.

Así es el día a día del Dr. Alejandro Pereda, quien reconoce que ha estado a punto de ‘tirar la toalla’ y no seguir exponiéndose a un contagio que lo pueda llevar a un desenlace fatal: “desgraciadamente no le vemos ‘luz’ a esto de que vaya a terminar, de que vaya a disminuir, al contrario, hay más gente enferma, vemos que sigue habiendo fiestas, reuniones sin la más mínima protección, sin cubrebocas, sin respetar la distancia, se nos hace injusto trabajar tanto y exponernos, ayudar a tantas personas y ver que la sociedad no pone de su parte”.

Son más de siete meses de pandemia, el año prácticamente se ha ido, hay cansancio y sobre todo desilusión y tristeza en el personal médico y de enfermería: “hay veces que uno se empieza a frustrar, que llega uno a casa diciendo ‘ya, hasta aquí, ya no más’, pasan unas horas, nos tranquilizamos y al otro día estamos de nueva cuenta luchando por salvar las vidas de las pacientes”.