En Coahuila se analiza la aplicación en un futuro de la llamada labranza cero en las tierras de cultivo, con el fin de aprovechar al máximo el agua y otorgar una mayor protección a los suelos, evitando su degradación o erosión, y que las plantas tengan un mejor desarrollo, con una mayor producción.
José Luis Flores Méndez comentó que esta práctica ya se aplica en diferentes partes del mundo y que consiste en no remover el suelo para evitar la compactación excesiva y lograr preservar la estructura porosa de la tierra, lo que permite una mejor infiltración del agua y una mayor circulación de oxígeno, lo que favorece el desarrollo de raíces más fuertes y profundas.
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El secretario de Desarrollo Rural mencionó que en sí “es un proceso de regeneración de los suelos porque esta labranza provocar el menor daño a la tierra para que los microrganismos que tiene se puedan multiplicar y ayuden más al desarrollo de las plantas”.
También con esta práctica se tiene un mejor aprovechamiento de la humedad y de los organismos benéficos en favor de la agricultura, con menos daños con las aplicación química que se hacen con fertilizantes e insecticidas, agregó.
Explicó que con la labranza cero no se reducen las hectáreas de cultivo, sino que al contrario una regeneración pude permitir el uso más dosificado del agua y una probable ampliación de la superficie agrícola.
“La idea es que los productores vayan viendo que puede ser un factor que les ayude en varios frentes, por una lado en la recuperación biológica del suelo y en un gasto menor en la mecanización de las parcelas”, agregó.
Indicó que este programa todavía se tiene en la entidad como un objetivo porque si bien la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) ya lo traen en su plan de estudios, aun no lo lleva a la practica en sus ranchos, aunque ya se ve en unas unidades agrícolas de la Laguna.