El Ejército Mexicano, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, así como la seguridad y la paz interna del país, también tienen como prioridad responder a los desafíos de bienestar que enfrenta la población civil, por lo que están prestos y dispuestos a sumarse a la atención de los incendios forestales, como lo hacen también en casos de desastres naturales.
Así lo destacó el General Alberto Ibarra Flores, Comandante de la Onceava Región Militar, quien precisó que esta responsabilidad se toma con decoro y aplomo, con el fin de proteger los bosques y las zonas naturales del país, en una estrecha coordinación y unidad con las autoridades estatales.
Así, tal y como lo señaló el gobernador Manolo Jiménez Salinas, mencionó que la prevención de estos fenómenos naturales es un aspecto primordial para mitigar y reducir la incidencia en los incendios forestales, tal como se ha logrado en años recientes en Coahuila, donde se han venido reduciendo las hectáreas afectadas, esperando que en 2024 sean menos que en 2023, donde fueron pocas en comparación con 2022.
Habló de la Ley Orgánica del Ejército, donde destacó que en la misión número cinco se indica que en caso de desastre se debe prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio a las personas y sus bienes, así como la reconstrucción de las zonas afectadas.
Mencionó que en el caso de Coahuila, al ser un estado con un elevado índice en la incidencia de incendios forestales, se hace necesaria la participación del personal militar en la prevención y control de este tipo de contingencias, mismas que causan un grave daño a la flora y la fauna de la región, además de poner en riesgo la integridad de la población y sus bienes.
Insistió en que el combate de un incendio no es solo enfrentarse a la lumbre, sino que se debe dar prioridad a la prevención.
Dio a conocer que en 2022 se registró la mayor cantidad de incendios forestales en Coahuila, en lo que va del sexenio federal, con 102 siniestros y 18 mil 832 hectáreas devastadas por el fuego.
Mientras que en 2023 hubo 49 incendios y un daño de 11 mil 245 hectáreas, lo que representó una disminución del 48 por ciento de las hectáreas siniestradas en 2022.