Un soplo de esperanza recorre las afueras de la mina Pasta de Conchos, donde este jueves arribaron peritos de la Procuraduría General de la República (PGR) para inspeccionar un área de galerías donde se presume podrían yacer los restos de al menos 20 mineros.
Elizabeth Castillo Rábago, viuda de Gil Rico Montelongo, uno de los mineros atrapados en el fatídico accidente de 2006, recibió la noticia con emoción contenida. "Nos citaron a la mina al filo del mediodía", relató. "CFE nos informó sobre la llegada de personal especializado que nos da una gran esperanza después de tantos años de lucha".
Este equipo de expertos, conformado por antropólogos forenses, médicos y agentes del Ministerio Público, se adentrará en las profundidades de la mina para recuperar cualquier resto que pueda encontrarse. "Van a entrar a las galerías", afirmó Castillo Rábago. "Se están poniendo de acuerdo para el ingreso y las labores que tendrán que realizar ahí abajo".
Las familias de los mineros esperan que el proceso sea más ágil que en el caso del Pinabete, ya que existe un expediente completo con datos de ADN y toda la información necesaria para identificar a los 63 hombres que aún permanecen sepultados bajo tierra.
"Yo les pido a todas las compañeras viudas que estemos más pendientes de las actividades", exhortó Castillo Rábago. "Vamos muy pocas a los informes que cada dos semanas realiza CFE. Necesitamos estar más unidas. Ya estamos cerca, se ve una luz al final del túnel".
La llegada de los peritos marca un nuevo capítulo en la larga y dolorosa búsqueda de justicia para las familias de Pasta de Conchos. Tras 18 años de incertidumbre y lucha, la esperanza de encontrar a sus seres queridos renace con fuerza.
Las labores de inspección y recuperación de restos representan un paso crucial hacia el cierre de esta herida profunda en la historia de la minería mexicana. Es un paso hacia la dignidad y el recuerdo de los 63 hombres que, a pesar de las adversidades, siguen vivos en la memoria de sus familias y su comunidad.
La inspección de las galerías de Pasta de Conchos no solo representa un acontecimiento trascendental para las familias de los mineros, sino también para México en su conjunto. Es un recordatorio de la deuda histórica que tenemos con quienes arriesgan sus vidas a diario en las profundidades de la tierra.
Es un llamado a fortalecer las medidas de seguridad en las minas, a garantizar condiciones de trabajo dignas y a honrar la memoria de quienes han perecido en trágicos accidentes como el de Pasta de Conchos.