Coahuila. - Para llegar a la bendita tierra de Acuña, Coahuila hay que pasar por varios municipios del estado, conocidos por los sucesos que ahí han acontecido en los últimos dos lustros.

Allende, el lugar donde ocurrió un genocidio hace diez años, tenía este domingo en la entrada principal un fuerte retén de seguridad, donde había elementos de la guardia nacional, militar, Policía Civil y del Instituto Nacional de Migración para impedir que inmigrantes haitianos en su mayoría sigan llegando la ciudad fronteriza para concentrarse en de Del Río, Texas.

Gracias a filtros como ese, 33 camiones de diferentes líneas con 491 indocumentados fueron regresados a sus países, la mayoría de Haití, aunque también hay cubanos, venezolanos, nicaragüenses y colombianos.

En Allende, Coahuila un elemento de la Guardia Nacional que no quiso revelar su nombre, comentó a El Sol de La Laguna, que durante esta semana el ver a indocumentados caminar hacia Acuña, se debe a que no quieren volver a su país y como saben que los están interceptando, prefieren llegar por propio pie a la línea fronteriza con la esperanza de concentrarse en Del Río, Texas, donde algunos tienen la promesa de recibir asilo en Estados Unidos.

Sin embargo en Acuña el panorama es distinto. Lo albergues no están recibiendo a ningún indocumentado pues hay una orden de las autoridades de enviar a sus países de origen a quienes buscan a toda costa cumplir el sueño americano que los lleve a vivir mejor.

En México, en un brazo no tan ‘bravo’ del Río Bravo, donde hasta antes de las 3:00 de la tarde se podía pasar prácticamente caminando por el río, fue abierta la cortina de la presa binacional La Amistad para impedir de alguna manera que sigan pasando quienes aguardan en Del Río, Texas, pues a decir de ellos mismos, no tienen ni comida ni agua, por lo que han tenido que ingeniárselas para ir y venir con agua y alimentos.

Este brazo del Río colinda con una Unidad Deportiva de Acuña, donde habitantes están haciendo su agosto al vender aguas embotelladas, platos de comida y galletas.

Aunque hasta el momento no ha habido decesos, la situación se vuelve peligrosa, pues aunque el río no está bravo, algunas corrientes han sorprendido algunos que se han llevado tremendos sustos al intentar cruzar.

En suelo mexicano, una gran cantidad de periodistas ven con asombro como van y vienen llevando comida a quienes se reúsan a regresar a su país.

PETER YA QUIERE REGRESAR A HAITI

Peter, es un haitiano de 45 años que llegó con su mujer y su hija. Salió de su país hace 8 días. Entró por Tapachula y dice que ha venido caminando y de aventón hasta Acuña.

“Los mexicanos se han portado muy bien, porque nos han dado agua y alimentos. Pero yo ya estoy desesperado. Si nos van a deportar, que mejor me regresen a mi país, pues acá no podemos estar sin agua y alimentos”.

A lo lejos, un compatriota molesto y cegado por la desesperación pide que ya no le tomen fotos, pues temen por su integridad.

No hay una cifra exacta de cuantos hombres, mujeres y niñas acampan en este lugar, lo cierto es que cada día es más complicada y de continuar así se convertirán en un problema social y de salud pública, pues se dice que además de la posibilidad de contagiarse de Covid-19, se pueden presentar problemas de ebola, tuberculosisla, herpes y sida.

Este lunes se esperan acciones concretas de parte de las autoridades mexicanas y americanas, pues de con controlarse se comenzarán a presentar problemas más severos en el tema de salud,