El Maestro: Hizo crecer librería por amor a los libros y la educación

Sergio del Bosque fundó la Librería del Maestro en 1980

Claudia Landeros / El Sol de La Laguna

  · viernes 24 de mayo de 2024

La Librería del Maestro ha sido por décadas una tradición en la Comarca Lagunera y otras ciudades, expandía el conocimiento con libros y material didáctico. / Foto: Roberto Rodríguez Hernández | El Sol de La Laguna

Más que el comercio su verdadera vocación era la educación, formar verdaderos triunfadores como seres humanos y promover esa visión más allá de sus alumnos; a través de su negocio, Sergio del Bosque Obregón llegó a miles de personas desde niños hasta adultos, ofreciendo sus mejores libres y brindándoles enseñanzas educativas y para la vida.

La Librería del Maestro es una gran tradición en la Comarca Lagunera, que trascendió a otros municipios de la región como Gómez Palacio y Lerdo, así como de otras ciudades que es el caso de Saltillo y Monterrey.

Es un negocio familiar que por tradición se fue formando poco a poco; los padres de Sergio también eran comerciantes, pero él quiso fusionar sus más grandes pasiones y fue eso lo que le llevó al éxito, trabajar con pasión y entrega hasta el último momento, hasta ese 12 de agosto de 2021 cuando dejó su silla vacía en la librería.

Era un lector apasionado, maestro egresado de la Escuela Normal de Saltillo, que llegó a Torreón cuando le asignaron su plaza; en esta ciudad conoció a Carolina Alcalá Jiménez, esposa y madre de sus hijos.

Su mayor afición siempre fueron los libros y fue desarrollando la escritura hasta que llegó incluso a ser columnista; también fue un gran orador, pionero de los Toastmasters en La Laguna, pero también en la sangre llevaba al comercio y siempre vendió, vendía todo lo que podía, pero para él, vender conocimiento y sabiduría, le despertó una gran pasión que lo hizo disfrutar de su trabajo cada día.

En su casa, daba hospedaje a mucha gente, becaba jóvenes ya sea de su familia o conocidos que no tenían recursos, los apoyó para costear sus carreras profesionales y que pudieran seguir estudiando. “Y por supuesto les daba los libros, lo que necesitaran y a la familia también los apoyó muchísimo porque de alguna forma su preocupación siempre fue la educación”, recuerda su hija, Gaby del Bosque Alcalá.

“La pasión de mi papá eran los libros y mi mamá también era maestra pero no fueron de las personas que nos ayudaron a hacer las tareas, ellos nos ponían libros siempre y nos decían todo lo que necesiten saber ahí está”.

El inicio de una tradición comercial

Recuerda que para llegar a tener un negocio próspero como todos lo conocen, se tuvo que picar piedra, hubo muchas carencias; de todo vendía y por su facilidad de palabra, lograba buenos resultados; luego tuvo la oportunidad de adquirir un estanquillo en lo que es ahora Plaza Mayor.

“Había dos estanquillos, uno donde vendían aguas y en el otro fue donde él empezó a vender sus libros, primero los que él tenía, luego empezó a buscar diferentes ejemplares de diversos tipos; fue el primero que trajo al norte del país el Libro Mágico, un libro muy famoso que que se usó para apoyar la lectoescritura de los niños de primer año”, dijo Gaby.

Gaby del Bosque Alcalá, hija de El Maestro, fue parte fundamental en la empresa familiar al abrir la sucursal de esta librería en Saltillo. / Foto: Roberto Rodríguez Hernández | El Sol de La Laguna

La Librería del Maestro ha sido por décadas una tradición en la Comarca Lagunera y otras ciudades, expandía el conocimiento con libros y material didáctico. / Foto: Roberto Rodríguez Hernández | El Sol de La Laguna

Fue en 1980, cuando los hijos de Sergio eran muy pequeños que empezó el negocio, que ahora tiene ya 45 años de historia y tradición en la zona Centro de Torreón, Coahuila; de ahí creció, se desarrolló hasta que en la Librería del Maestro se hacían largas filas y con tanto trabajo, toda la familia tuvo que involucrarse y apoyar para atender a los clientes de la mejor manera.

“Era como distribuir como la pastura, así le decía él a los libros, fue para él distribuir el conocimiento por medio de los libros; posteriormente el crecimiento y su pasión lo hicieron ir más allá, a buscar más editoriales y libros para expandirse. Originalmente empezó con libros de primaria, después secundaria y luego ya profesional, técnica y más”.

Siempre acompañó el negocio de los libros con el de papelería, ofreciendo el material necesario para que los niños y jóvenes pudieran trabajar y aprovechar sus clases al máximo.

“Después de ahí nos fuimos a la Matamoros, ahí a la vueltecita y ahí inició ya la librería y papelería en forma. Puso un centro como de capacitación, en donde precisamente venían autores en ese tiempo”.

Fue el primero que empezó a tocar puerta en las escuelas para que se llevaran guías, de ahí aprendieron el negocio muchos colegios y después ellos vendían los libros. “Fuimos los que impulsamos todo eso aquí en Torreón fue tanto el crecimiento que venía en gente de todo Coahuila; se abrió en Gómez Palacio y Lerdo, hasta expandirse a Saltillo y Chihuahua.

Un personaje digno de recordarse

Fue una persona apasionada de la difusión del conocimiento y la literatura hasta los últimos días de su vida; por esto también apoyaba a muchos maestros y siempre les daba un extra en sus pedidos. No lo veía tanto como negocio, pero sus hijos consideran que fue esto lo que lo hizo distinguirse y estar siempre en la preferencia de la gente y obtener el éxito comercial.

Él tenía su rincón mágico donde se sentaba por horas a leer y guardaba el mayor tesoro, sus mejores libros; a veces sus hijos, en particular Gaby, siguen visitándolo. Significa continuar aprendiendo un poco cada vez pero sobre todo revivir los recuerdos.

Uno de los preferidos de su selección era El Principito, que incluso fue el último que leyó después de años de no hacerlo; entre sus autores favoritos se encontraba Miguel de Cervantes, por lo que otro título de sus consentidos sin duda fue Don Quijote de la Mancha.

En la librería, el maestro Sergio contaba con su silla especial, lugar que sólo él ocupaba y sigue intacto. / Foto: Roberto Rodríguez Hernández | El Sol de La Laguna

La Librería del Maestro ha sido por décadas una tradición en la Comarca Lagunera y otras ciudades, expandía el conocimiento con libros y material didáctico. / Foto: Roberto Rodríguez Hernández | El Sol de La Laguna

Realmente su máximo interés era que los jóvenes pensaran y aprendieran otras cosas. “Nos decía, perdón la palabra, que se nos quitara lo ‘pendejo’ y a todos, eh maestros, chavitos, a nosotros sus hijos, pero no era de una forma grosera sino su manera de decir que despertaramos”.

Su hija recuerda que era un hombre sin filtros y que quien lo conoció lo sabe, decía las cosas como eran y a su peculiar manera, sin ningún afán más que el de ayudar a la gente a progresar.

Tuvo el sueño de fundar un colegio, no lo hizo porque de alguna manera, él encontró mayor satisfacción en que un niño tuviera un libro, a que estuviera en un colegio y consideraba que éstos, finalmente terminaban con divirtiéndose en un negocio y no en un recinto para verdaderamente cultivar a los pequeños. “También siempre les decía a los maestros o a los mismos papás clientes que iban a la librería, póngalo a calcar, a repetir, escribir, eso es maravilloso para los niños”.

Y como comerciante, también fue uno de los fundadores de los puestos del tradicional Mercadito Navideño en Torreón; llenaba su automóvil de artículos navideños y se ponía a vender, tradición que todavía sigue uno de sus hijos.

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Murió de un infarto un 12 de agosto de 2021 a las 17:00 horas y hasta su último suspiro permaneció en su rincón; hizo una última publicación en redes sociales a las 11:00 de la mañana y a las 12:00 comenzó a sentirse mal, horas más tarde, dejó de existir, dejando un gran legado a su familia y todos los laguneros que alguna vez estudiamos con uno o varios libros sellados por la Librería del Maestro.

Queremos hacer una biblioteca porque hay muchísimo material que se quedó y yo creo que a él le gustaría que esos libros llegaran a mucha gente, lo queremos hacer porque creo que sería muy bueno, porque se está perdiendo mucho en los niños y jóvenes el hábito de la lectura”.