Viesca, Coahuila.- “Es muy doloroso enterrar a un hijo”, expresó don Javier, padre de Édgar Rodríguez de la Torre, quien muriera a consecuencia del colapso de tres silos en la empresa Alimentos Balanceados Simón Bolívar.
Este jueves, familiares y amigos, le dieron el último adiós.
El hoy occiso, de 44 años de edad, fue velado en la mañana el ejido Ignacio de Zaragoza, de donde era originario y sepultado por la tarde en el panteón de Gilita.
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El accidente ocurrió el pasado lunes, alrededor de las 9:00 horas y la víctima quedó atrapada bajo toneladas de granos de maíz.
“A mí me hablaron los ‘Topos Azteca’, ayer a las 7 y media de la tarde, para decirme que ya lo habían encontrado, pero que estaba sin vida”.
A su hijo lo recuerda como “una chulada de pelao”, bueno con la gente, amoroso con su familia y trabajador desde niño.
Y es que en sexto grado de primaria le dijo que ya no quería estudiar, que la escuela no era para él, por lo que la abandonó y se puso laborar en el campo.
Buenos que salió para trabajar. Era un niño muy juguetón y gritón, pero muy bueno. Le gustaba jugar al béisbol.
Édgar era el quinto de seis hermanos, cuatro mujeres y dos hombres.
“Un día le dije que cuando me enterrara que trajera música alegre, y me dijo que no, que yo lo iba a enterrar, y mira”.
Finalmente, don Javier emitió un mensaje para su hijo:
Donde quiera que estés, allá en el cielo, sigue echándole ganas, como lo hiciste aquí.
Durante la velación, la madre de Édgar, Rosa María, no pudo levantarse de su silla, en donde lloraba desconsolada por la lamentable pérdida.
La esposa de Édgar se llama Yolanda y tienen tres hijos de 24, 16 y dos años de edad.