Una caída en la matrícula de alumnos que en muchos de los casos ha sido superior al 50 por ciento, ha propiciado hasta ahora en Coahuila el cierre definitivo de cerca de 30 escuelas y colegios particulares, y ante un panorama por demás complicado e incierto, aún se desconoce cuántos más podrían correr con la misma suerte para dejar en el desempleo a cientos o hasta miles de maestros y otros trabajadores.

En tanto, para tratar de amortiguar en lo posible el impacto de la desocupación laboral que ha sido provocada por las implicaciones de la pandemia de Covid-19 en los sectores productivos, lo que ha obligado a muchos padres de familia a buscar espacios para sus hijos en escuelas públicas, los propietarios de los colegios no se han dado por vencidos e intentan impulsar algunas estrategias que, creen, pudieran servir de algo.

Al respecto, el profesor Rodolfo Silva Rosales, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones de Educación Privada “Justo Sierra”, plantea que han comenzado a generare consensos entre los representantes de los casi dos mil 600 planteles pertenecientes a esta organización a nivel estatal, a favor de la aplicación de medidas extraordinarias orientadas a tratar de evitar que la migración de alumnos a las escuelas privadas continúe, como por ejemplo incrementar la cantidad de becas económicas parciales, otorgar estímulos especiales como la exención de la cuota por inscripción, y a aquellos padres de familia que cuentan con adeudos en rezago en el pago de colegiaturas diseñarles algún esquema de estímulos con descuentos importantes y hasta la posibilidad de cubrir sus saldos en parcialidades mensuales, entre otras cosas.

Al mismo tiempo, agrega, será necesario agotar gestiones ante los tres niveles de gobierno al ir en busca de beneficios extraordinarios a manera de estímulos fiscales, al considerar que la carga de impuestos que deben cubrir las instituciones educativas particulares siempre se ha considerado como excesiva y se ha llegado a tornar hasta asfixiante a partir de que sus ingresos comenzaron a reducirse, y lo será cada vez más si continúa la movilidad de alumnos de los colegios hacia las escuelas públicas.

Silva Rosales reitera que sin el apoyo del gobierno, y de continuar la deserción o migración de estudiantes, en medio de la crisis será imposible evitar que continúe el cierre de planteles, con lo que podrían llegar a quedar sin trabajo por lo menos dos mil de las casi 40 mil personas que trabajan en Coahuila al servicio de la educación en los centros escolares adheridos a la Asociación Nacional de Instituciones de Educación Privada.

Finalmente, dijo tener claro que la situación que aqueja a los servicios de educación privada, se desprende de manera directa del fenómeno de desempleo que generó la actual contingencia sanitaria por la pandemia, situación que se hubiera podido evitar o al menos atenuar con un agresivo programa de apoyo federal a las empresas.