Yuliet Jaqueline Andrade Regalado perdió finalmente la batalla. Este viernes falleció en la Clínica 71 del IMSS, después de recibir la hemodiálisis que la mantenía con vida. Se durmió en el sueño eterno, ya no despertó.
Yuliet es esa jovencita que hace casi un año cumplió su sueño de conocer la inmensidad del mar, sabiendo que sus días estaban contados. Su corazón ya no resistió, se paró cuando dormía al recuperarse del tratamiento que diariamente recibía para mantenerse con vida.
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Su madre, la señora Alejandra no se imaginó que este viernes sería el último día de su vida. “Estaba muy contenta, desayunó bien, se comió unas gorditas en la mañana, hoy quería irse pronto, porque iba a ver a una tía que vive en Tlahualilo”.
Yuliet se fue físicamente pero algo de ella permanecerá en la vida de otros dos menores. “Ella sabía que sus riñones ya no servían, ni su hígado ni su corazón, pero sus corneas sí, es por eso que fueron donadas a dos menores, una niña y un niño que aguardaban en una lista de espera”, nos comentó su madre que no podía dejar de llorar.
El final le llegó de manera tranquila, tal vez como ella misma imaginó, porque a sabiendas de su muerte cercana, pidió que no la incineraran, que no lloraran, que las únicas flores fuesen las que su hermana mayor colocaría en la cruz de rosas blancas y que cuando la sepultarán, todos los ahí presentes soltaran al aire un globo en señala de despedida.
Desde hace nueve años comenzó a vivir un calvario que este viernes terminó. Lo afrontó siempre con firmeza, como toda una guerrera ante una batalla que sabía la iba a derrotar un día. Desgraciadamente ese día fue hoy.
La Asociación Empacando Sueños le cumplió uno de los muchos deseos que quería hacer antes de partir. Con la ayuda de la sociedad civil estuvo varios días en el puerto de Mazatlán, donde otros grupos altruistas le hicieron pasar unos días inolvidables.
De una larga lista de sueños por cumplir solo le faltó tirarse de un bungee. Tal vez lo hará la inversa, de la tierra viajara al cielo donde cuidara a sus seres queridos, al personal médico que la atendió y que siempre vio en ella una mujer que no se daba por vencida.
Hacer un par de semanas tejió trajes para las barbies de las hijas de la doctora que la atendía y que le tenía un gran cariño.
En su despedida quisiéramos que no haya lágrimas, pero es difícil olvidar a una mujer que no quería darse por vencida. ¡Hasta siempre Yuliet!
Yuliet será sepultada en Pamplona en su natal Tlahualilo, en la tierra de las sandías donde ella nació y donde viven sus hermanas.