Saltillo, Coahuila.- Génesis es una niña de 9 años que estudia el cuarto de primaria en la Escuela Alfonso Reyes, quien desde hace más de un año no ha asistido a la escuela por la contingencia y tampoco ha tenido la oportunidad seguir las clases en línea, debido a sus escasos recursos.
Y si eso no fuera poco, también tiene que ayudar en las labores del hogar, porque asegura su mamá que es “para que se enseñe”.
Ella vive con su madre, su padre y su hermana menor en una colonia de Saltillo llamada “Morelos Quinto Sector”, un predio a las faldas de la Sierra de Zapalinamé que alrededor de 110 familias han ocupado de manera irregular, construyendo tejabanes de madera y lámina, de no más de dos cuartos.
Para poder tener acceso a la energía eléctrica la familia de Génesis, y los demás habitantes de este sector, se “cuelgan de la luz”, por lo que constantemente tienen fallas en el suministro de este servicio que, por la pandemia, se volvió vital para que miles de alumnos continuaran con sus estudios, en especial los de primaria, a quienes el Gobierno federal les dio la opción de seguir las clases a través de la televisión abierta.
Pero Génesis no puede ver televisión, no porque no tenga una, sino porque durante las tardes, al no tener regulada la electricidad, constantemente se les va la luz, así que el pequeño monitor que tienen sólo es un adorno arriba de un mueble de madera, en donde guardan la ropa de toda la familia.
Otra opción era continuar con las clases a través de algún dispositivo, celular o computadora, lo cual tampoco fue viable para ella porque no cuenta con ninguna de las opciones.
De acuerdo con el censo realizado en el 2020 por el INEGI, en Coahuila hay un total de 900 mil 883 viviendas, de las cuales 59.1 por ciento no cuenta con computadora y 42.3 por ciento no cuentan con internet; mientras que el 8.4 por ciento no cuentan con celular, a Génesis le tocó ser parte de estas cifras negativas.
No recuerda cuándo fue la última vez que tomó una clase en línea, porque el único celular que hay en su casa es de su papá y él se lo lleva a su trabajo en una de las fábricas del Parque Industrial que está en la colonia Morelos, en donde gana mil pesos por semana.
Así que lo que hace, y la opción que le dio su maestra, fue la de realizar los trabajos y mandarlos por semana, pero en donde vive no hay buena señal de internet, por lo que esto también tiene sus complicaciones.
“De la escuela me gusta que juego con mis amigos, que hay canchas y nos sacan a jugar con el profesor de educación física, me gusta ir, hace un año que no veo a mis amigos de la escuela, los extraño”, relata la pequeña.
Yaneli, madre de Génesis, comentó que cada semana le mandan los trabajos y que ella le ayuda a hacerlos, pero que no pueden tener un celular con internet constantemente, por lo que se complica cuando se tiene que realizar una consulta de algo que no entienden.
“Es más batalloso, porque tú no entiendes algo y lo tienes que ver en internet, no es lo mismo que le expliquen allá en la escuela, es mejor los maestros y ya acá uno les checa a ver si está bien la tarea, pero se batalla”, explicó.
Además de esto, Génesis tiene que ayudar en las labores del hogar, como la de acarrear agua, ya que en esta colonia tampoco cuentan con agua potable en el sector, por lo que tienen que ir a una llave comunitaria para poder tener acceso a ella.
Otro de los infortunios de los cuales son parte es que no cuenta con drenaje, son de ese de ese 1.5 por ciento que el INEGI dice que no cuenta con este servicio en el Estado, por lo que tienen una fosa séptica para realizar sus necesidades, lo que podría generar un foco de infección para los menores.
“Yo la pongo para que se enseñe, en cositas así, a barrer, a lavar trastes, repasar lo que se le han puesto de trabajos, pa’que no se le olvide”, relató Yaneli.
Su caso contradice a las autoridades
De acuerdo con el secretario de Educación en Estado, Higinio González Calderón, en el estado hay 620 mil alumnos de educación básica y el 91 por ciento de estos estudiantes de Coahuila acude a las clases virtuales y a los cursos constantemente, realizan sus trabajos y tareas.
El 7 por ciento asiste intermitentemente, ya que en algunos casos los menores han tenido que trabajar para apoyar en la economía del hogar puesto que sus padres se quedaron sin empleo, o bien tienen que ayudar en las labores del hogar.
El otro 2 por ciento restante, dijo que son de alumnos que ya no localizaron o que ya no regresaron a sus clases; de acuerdo con su declaración este porcentaje corresponde a personas que no eran del Estado y que cuando se dio el “boom” del empleo en Coahuila se mudaron con su familia a la entidad, sin embargo, por el desempleo que produjo la pandemia regresaron a sus ciudades de origen.
Génesis es parte del grupo del 7 por ciento, que según el Secretario de Educación, en una declaración que dio el 3 de marzo, ella como el resto de estos menores estaban siendo visitados por sus maestros, buscándolos para darles tareas y trabajos adiciones para que se regularicen, de lo contrario sería durante el período de vacaciones de verano que tendrían que regularizarse.
Sin embargo, Génesis dijo que tiene más de un año que no ve a su maestra, que nadie de la escuela ha ido a su casa y que sólo le mandan trabajos por el grupo de WhatsApp, desmintiendo las palabras del González Calderón.
El futuro de ella y de miles de niños que viven su misma situación es incierto, al menos en el ámbito escolar ya que, debido a su condición precaria, no han podido tener un buen aprovechamiento escolar.
Estas son solo algunas de las afectaciones de que trajo consigo la pandemia de Covid-19 en los menores de edad, por lo que la psicóloga infantil Amanda Díaz dijo que ahora más que nunca “hay que cuidar la mente y el corazón de nuestros niños”, para que cuando regresen a las aulas y una vida más social, no presenten problemas en su aprendizaje ni en su manera de socializar con más personas.