Torreón, Coahuila. – Gloria Isabel Ochoa Valadez es una joven orgullosamente lagunera que, además de ser mamá, se desempeña como psicóloga militar y ayuda en situaciones de emergencia como cuando se activa el Plan DN-III-E.
Originaria de Gómez Palacio, Durango, también brinda terapias a soldados y recluta a elementos para la Guardia Nacional, el Ejército y Fuerza Aérea.
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Cuenta con 30 años de edad, un hijo de 10 años y cinco años de servicio a la nación.
“Mi cargo es Auxiliar Asistente en Tratamiento Médico del Hospital Militar Regional en Torreón, desempeñándome como psicóloga militar. La verdad, no es algo que desde niña hubiera planeado, pero sí estudié la licenciatura en psicología, ante de ingresar al medio militar”.
“Cuando concluí mis estudios profesionales, busqué ejercer, aquí se dio la oportunidad en el Hospital porque reclutaban psicólogas y así me inicié en esta profesión”.
Cuando se iba a integrar el medio militar, su hijo, que en ese entonces tenía seis años, se sorprendió que su mamá sería una soldado.
Es por eso que le explicó sus funciones, como brindar atención psicológica a los militares y sus derechohabientes.
Lo que más disfruta de su trabajo es ayudar a la gente, pero lo más complicado es tener que separarse de su niño.
“Pues el año pasado estuve en actividades del Plan DN-III-E en la mina ´El Pinabete´, en Sabinas, Coahuila, y me tocó esta situación difícil de los mineros atrapados”.
“Pero la gente, a pesar de eso, agradece nuestra labor de buscar brindarles un panorama distinto, que ellos describieron como ´una luz en el camino´”.
Parte de los beneficios de ser militar, son becas estudiantiles para su pequeño Mauricio Damián.
“Por eso sé que esa distancia por trabajo, al final cubrirá necesidades para el desarrollo de mi hijo”.