Gómez Palacio, Durango. - En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia la Mujer, se llevó a cabo un conversatorio para recordar por qué se instituyó esta fecha, así como los avances y rezagos en el trabajo de los diferentes sectores en torno a la erradicación de la violencia de género.
Fue organizado por el Instituto Municipal de la Mujer (IMM) del Ayuntamiento de Gómez Palacio, contando con la participación de invitadas especiales como Nancy Ortega, abogada y activista feminista por los derechos humanos de las mujeres, así como miembro del colectivo De Morras para Morras. Además, Hermila Martínez Martínez, psicóloga, activista feminista y parte de la asociación civil Formación por la Promoción, Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres.
Se dio una introducción sobre el tema, recordando a las hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa, también conocidas como las Mariposas, que fueron tres dominicanas que se opusieron a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo y que por su lucha, fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960.Tras este hecho, fue que se puso interés en lo que sucedía y a lo que se enfrentaban las mujeres.
Durante esta plática se destacó principalmente que la violencia se sigue perpetuando por el silencio, ya que este es un gran lastre dentro de la sociedad que juzga, condena, revictimiza y atemoriza a las mujeres.
Por tal motivo, se resaltó también que en la actualidad el trabajo colectivo no sólo de autoridades sino de todos los sectores de la sociedad, debe ser exhortar a las víctimas y a los testigos a alzar la voz, para que se tome acción.
Alzar la voz en la familia, el trabajo o la escuela es necesario, ya que romper el silencio es el primer paso y es prioritario. Se debe de romper con la idea de que las mujeres deben callar y deben resistir o tolerar violencia y discriminación por el hecho de ser mujeres, así como aquella de que la población femenina no se puede unir o que entre sí se destruyen.
La violencia se sigue perpetuando por el silencio y es que se trata de un mandato patriarcal de los más fuertes y ha sido uno de los grandes lastres para poder eliminar la violencia, porque a la mujer se le ha enseñado a callar tanto, porque hay que mantener el estatus en la familia o la sociedad, o por no perder el trabajo, entre otros