Gómez Palacio, Durango. - Alma Elizabeth Puerta Picasso busca crecer como persona; su deseo e impulso de superación hará crecer su entorno, es la promesa que le hizo a su padre y a su esposo, éste último, quien le ha brindado todo el apoyo y las herramientas necesarias.
¿Pero quién es ella y el por qué en nuestra plática?
Ella busca convertirse en la primer mujer bombera en el municipio de Gómez Palacio e incluso ya dio el primer paso, tras ser aceptada por Protección Civil, tras la convocatoria lanzada para recluir a las primeras 6 damas, a la que en futuro habrán de sumarse otras 44, de acuerdo al proyecto de la alcaldesa Marina Vitela Rodríguez.
Por lo pronto ha demostrado sacrificio al ocupar más horas en la capacitación y dejar a sus hijas (de 6 y 4 años) con su madre San Juana Picasso, otro pilar fundamental en su vida. Paciencia, tras soportar los duros entrenamientos. Tenacidad, para ser mejor que las demás candidatas y Pasión, porque afirma será quien guíe a las demás.
Lo cierto es que fue la primera inscrita de la lista, porque supo demostrar su capacidad a través de su inteligencia y con los recursos necesarios para alcanzar sus objetivos, porque afirma desde pequeña soñó con ser bombera y de ello se lo comunicó pronto a su padre Julio Puerta, quien desde pequeña le demostró lo que era humildad, al tener un comedor comunitario para darle de comer en la colonia El Refugio a los niños desamparados, aunque los fines de semanas, de igual manera ambos se iban a los hospitales para dar comida a los familiares de los pacientes.
“Fue una persona altruista anónima… fue mi escuela, mi héroe, mi todo y de él aprendí que no hay límites para la superación personal y aquí estoy, demostrando mis cualidades, mis conocimientos y con la confianza de que no defraudaré a mi jefe José Miguel Martínez, (director de Protección Civil), porque fue el que me dio la oportunidad y valor”.
Alma Elizabeth tiene valores y creencias y esto le anima a ser mujer bombera y aunque dice que lo teórico es fundamental, también es importante la práctica para cumplir su deseo, pese a las adversidades que presenta este oficio, rudo, cansado y riesgoso por supuesto.
Llegó a Protección Civil tras la invitación que realizó el gobierno federal a través del programa Jóvenes Construyendo el Futuro y fue ahí donde aspiró a ser mejor en la vida, con una profesión o un oficio que le redituara mayor confort en su vida familiar.
César Valles Ochoa, es su esposo, quien le brinda apoyo y confianza y en ocasiones se hace cargo de las niñas, porque sabe que la loza es pesada para la madre de Alma Elizabeth, quien ocupa la mayor parte de su tiempo en Protección Civil y en el adiestramiento.
Es originaria del fraccionamiento Las Carmelitas en Gómez Palacio y trabajó como técnica automotriz, tras egresar en el 2006 del Conalep, aunque también se desempeñó como mecánica en diésel y gasolina trabajando principalmente los motores John Deere, para desempeñarse más tarde como auditora de calidad, es decir, certificaba los motores para mejor calidad, detectando y evitando fugas de combustible.
Desde niña le llamó la atención servir a su comunidad y alguna vez se interesó también en capacitarse para ser policía o mujer tránsito, “porque es un honor servir a estas corporaciones y ser héroes anónimos como mi padre, que fue el que me inculcó como definir mi vida en el pasado, presente y futuro, analizando los errores y evitar tropezar dos veces por el mismo camino y claro que tengo bien definido el objetivo, porque mi deseo es ser bombera…”
“Es una oportunidad que no se debe desperdiciar y, obvio, que seré digna al estar ahí y por ello he recibido cursos de Protección Civil, de fenómenos climáticos, de gestión integral con riesgos, rescate de altura y en espacios confinados, entre otros, que en verdad son cansados, pero que me hacen sentirme orgullosa”.
Su esposo tiene una vulcanizadora, el cual en algunos días atienden ambos “porque me siento gustosa de apoyarlo y porque insisto, a pesar de los riesgos no quiero ser una más del montón, sino con obligaciones y responsabilidades hacia la sociedad, que es lo que también me inculcó mi abuela Matilde Pérez, otro de mis más grandes motores”.
“Me quiero sentir orgullosa ante mis hijas, mi esposo y demás familia y por ello ¡quiero ser bombera!"
