Gómez Palacio, Durango.- Desde el inicio de la contingencia sanitaria por la pandemia del Covid-19, el Ayuntamiento de Gómez Palacio, a través de la Procuraduría de la Defensa de la Mujer (Prodem) y el Instituto Municipal de la Mujer (IMM), ha otorgado alrededor de 125 órdenes de protección a mujeres en riesgo de violencia.
La seguridad de las mujeres gomezpalatinas ha sido una prioridad desde el inicio de la contingencia y de la Administración que encabeza la presidenta municipal, Marina Vitela Rodríguez, ya que la violencia va en aumento y, sobre todo con el confinamiento, el riesgo crece.
La titular de la Prodem, Reyna Isabel Castañeda Duarte, señaló que de las 125 órdenes que se expidieron por parte del juzgado cívico, 80 fueron solicitadas por la procuraduría, a las que se les está dando seguimiento con terapia psicológica y asesoría legal.
El resto, son de personas que llegan directo al juzgado o que manda la Unidad Especializada de Atención a la Violencia familiar y de Género, de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), pero de igual manera a todas se les da seguimiento en la Prodem.
Castañeda Duarte dijo que esta ha sido una de las acciones más importantes durante la cuarentena para salvaguardar la integridad de las mujeres y niñas de Gómez Palacio. Por ello, con el apoyo de la presidenta Marina Vitela y de otras dependencias como el IMM y la DSPM, se implementó la emisión de estas órdenes de protección, cuya finalidad es proteger, garantizar y respetar los derechos humanos de las mujeres.
Recordó que las órdenes de protección las emite el Juzgado Cívico, pero explicó que es la Prodem quien hace la solicitud de dicha orden para mujeres víctimas de violencia.
"Nosotras en Prodem nos encargamos de dar el seguimiento adecuado y cuando es necesario que las usuarias tomen terapia psicológica y/o inicien algún proceso legal, también les brindamos ese apoyo", comentó la procuradora.
Castañeda Duarte, agregó que el objetivo principal de la Prodem es brindar certeza jurídica a las mujeres y ayudarlas a tener una vida libre de violencia.