Para Don Ernesto Herrera Ale, quien desafortunadamente falleció este domingo a las 2 de la mañana víctima de un infarto, la diferencia entre ricos y pobres no sólo era el dinero sino la desigualdad que se da entre algunos grupos de los llamados élites, decía en sus múltiples visitas que hizo a El Sol de la Laguna.
El próspero industrial, hotelero, ganadero, y presidente del Consejo de Administración de la empresa Chilchota, desde su trinchera, porque poco le gustaban los reflectores, estuvo en contra con su labor callada, de los agravios, vejaciones y maltratos a la gente humilde, tal como se lo inculcó su padre Don Carlos Herrera Araluce (falleció en el 2016), quien le dijo alguna vez que uno de los vicios y arraigados y más profundos del ser humano es el ego.
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Herrera Ale estuvo casado con "Moma" Reza con quien tuvo a sus dos hijos Ernesto "Guino" y Vilma Cristina Herrera Reza. Su madre, Doña Vilma Ale viuda de Herrera y sus hermanos Carlos Manuel Herrera y la presidenta municipal, Lety Herrera, también siguen sumamente afectadas y tristes por tan desagradable pesar
ERNESTO HERRERA ALE, IMPULSOR DEL BIENESTAR DE LA LAGUNA
El empresario a la vez fue clave junto con las autoridades municipales, estatales y federales para mejorar el bienestar de los gomezpalatinos a través de la instalaciones de mejores industrias que se tradujeron en empleo, porque fue un gran soporte en este ramo sin descuidar su empresa en donde mejoró la vida de sus trabajadores a través de un modelo de vida más equitativo, aunque también fue a las colonias a través de su hijo "Guino" para ayudar a quienes vivían en la vulnerabilidad, como una forma de medir la desigualdad en los círculos más alejados de la ciudad.
Como empresario que fue, logró acelerar el crecimiento industrial con su aportación y visión de emprendedor, pero más fue un ser humano, quien se preocupó por los desvalidos, herencia que le dejó su padre don Carlos Herrera, también impulsor de programas de protección social bien diseñados, expandiendo a la vez oportunidades disponibles de supervivencia, pues supo que la pobreza estaba ligada también al desempleo.
En tiempos de contingencia sin aparecer en escena, se distinguió por llevar víveres a los más pobres siendo su brazo derecho su hijo "Guino".
Su misión en esta tierra consistió, a la vez, en impulsar el crecimiento industrial apoyando a pequeños y medianos negocios y desde su empresa dio miles de empleo a los gomezpalatinos quienes con el trabajo constante atendían las necesidades de la población en la distribución de los quesos Chilchota y otros productos vendidos en todo el país, lo que lo colocó como un empresario exitoso.
Forjado de la mano de su padre Don Carlos, se hizo el principal accionista de su empresa y tras ser soporte del entorno gomezpalatino, logró que se reactivara la industria local, la cual alcanzó un crecimiento superior a una década anterior y como desafío apoyó a toda una base de empresarios para encaminar y mover a Gómez Palacio rumbo al progreso.
Supo también en tiempo de crisis por la pandemia sortear las penurias económicas y en lo que toca a temas políticos y sociales de igual manera destacó porque fue parte de algunas decisiones para bien del municipio.
Hace una década, representó la voz de muchos industriales para impulsar, innovar y aprovechar los recursos y facilidades de crecimiento en Gómez Palacio a través de más parques industriales junto con su hermano Carlos Manuel.
Siempre a la vanguardia generó miles de empleos de manera directa y permanente, siempre con la mirada hacia la tecnología moderna, innovando y digitalizado los procesos para convertir a su empresa como una de las mejores.
Fue un motor de transformación en el ramo ganadero y hotelero y pese a su riqueza, siempre mostró un origen humilde tal como lo deseó su padre y en contraparte, fue dedicado a su empresa pues nunca se rindió para seguir creciendo y gracias a su esfuerzo y trabajo duro logró llegar al éxito porque siempre dijo en su plática con este servidor, que no había razón para quedarse descansando en casa.
Herrera Ale siempre mostró una actitud muy emprendedora y comentó alguna vez que la verdadera pobreza era la autoestima, que era una pobreza muy difícil de eliminar, pero en este sentido, también asumía que el empresario tenía la responsabilidad de combatirla, voltear a quienes menos ganan.
Fue un empresario que le daba valor a los demás, porque no sólo se basó en acumular riqueza, sino a ser parte de la sociedad para resolver los difíciles dilemas que conllevaba a la pobreza, así era Don Ernesto Herrera Ale.
Ya descansa en paz. Se fue un visionario gomezpalatino que supo cultivar amistad no sólo con la élite sino con otras clases sociales.
