Gómez Palacio, Durango. - Asentado queda que con esta pandemia se prohíbe morir, ya sea por los efectos del Covid-19 u otra enfermedad, luego de que, por disposiciones de sanidad y la sugestión lógica de los dolientes para no contaminarse, los restos mortales en menos de una hora deben ir directo a la fosa, sin mucho protocolo funerario y mucho menos religioso. Hoy que no se admite muchedumbre en las iglesias.
Las exequias quedan para otro momento y la oración de esperanza, para que descanse en paz el alma del difunto y se le permita contemplar el cielo, de acuerdo a la religión católica, se reza en no más de 5 minutos, a través de la Celebración de la Palabra.
Las normas de la Secretaría de Salud, exigen menos gente en la funeraria, si acaso diez familiares y uno que otro amigo muy cercano y para darle los santos sacramentos, al sacerdote sólo utiliza 5 minutos, para que a través de la Celebración de la Palabra, le den el último adiós sin muchas alabanzas.
El padre Julio Carrillo Gaucín, Vicario General de la Diócesis de Gómez Palacio, admitió que hay pesar en algunas personas tras impedírseles que el familiar fallecido vaya a la iglesia a recibir la unción y darle alivio espiritual.
"Pero es comprensible, porque son momentos de evitar riesgos ante la emergencia que vivimos, y siendo así, somos quienes acudimos directamente a la funeraria o domicilio a orar, a acompañar a la familia doliente y a dar nuestras condolencias, aunque para otros sea difícil expresarlas tras mantenerse alejados".
No los dejemos solos y es nuestra obligación dar este servicio funerario en donde no más de diez miembros, deben estar presentes y a una distancia de dos metros, sin abrazos y saludos, dijo.
Explicó que ha tomado todas las medidas sanitarias, portando su cubrebocas y guantes para no correr peligro y más tarde en la funeraria o domicilio, a través del Responsorio, encomendar el alma al Creador de quien fue mortal en la tierra con o sin pecados.
En lo que va de la contingencia, asiste incluso a casas particulares, a fin de cumplir con este protocolo religioso, aunque que hay personas que no han velado a sus difuntos, ya que luego de ser embalsamados, de inmediato y directamente los llevan al cementerio.
Ellos (difuntos) serán juzgados por Dios y en este caso no importa que no vayan a la iglesia para darles alivio espiritual y paz a sus familias, porque con la Celebración de la Palabra basta, lo permite Dios en estos momentos, subrayó.