La pobreza sigue alimentando la prostitución

Existen en Gómez Palacio 296 sexoservidoras

Por: César Acosta Amaya

  · lunes 12 de agosto de 2019

Vigilancia en migrantes para evitar se prostituyan/ Foto: Sofy Ramírez

Gómez Palacio, Durango. - Un operativo realizó el pasado viernes por la madrugada, el personal de Prevención Social, apoyado por la policía, en las inmediaciones del “Centro Trailero” de Gómez Palacio, tras los rumores de que, en ese lugar, se concentraban los fines de semana, decenas de sexoservidoras y homosexuales, lo que finalmente resultó falso, porque pululaban cuatro u seis, todas con su permiso correspondiente.

Esto lo confirmó el jefe de Prevención Social, doctor José Antonio Adame de León, quien dice que esto es admisible, porque la pobreza sigue alimentando la prostitución lamentablemente, y en lo que toca a su trabajo, por obligación cada mes realizan un chequeo para comprobar el estado de salud de cada una (o) y evitar con ello la transmisión de enfermedades sexuales como el VIH, exigiéndoles además su tarjeta periódica actualizada.

Expresó el funcionario que en Prevención Social se tienen registradas 296 meretrices y 16 homosexuales, aunque admite que en las calles el número es mayor, porque hay quienes trabajan de manera anónima, mientras que otras por vergüenza, ofrecen sus servicios de manera privada.

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“Es difícil tener un censo y claro que hay más mujeres y hasta varones vendiéndose, y en este sentido, tras ser detectados, se les obliga a que cumplan con sus obligaciones preventivas y de salud para no contaminar, de lo contrario irán a la cárcel y más cuando son renuentes”.

Interrogado sobre este fenómeno, el más viejo del mundo, dijo que la pobreza obliga a muchas damas y hombres a saltar a la palestra de la prostitución o bien, porque son víctimas de un opresivo sistema de la inequidad, “pero son las mujeres las que sufren con mayor rudeza el recorte en el gasto familiar, tomando así el camino más fácil”.

La prostitución es un trabajo que no requiere de mucho esfuerzo, pero que, para las más pobres, es indispensable porque los recibos de la luz, el agua y la comida, no se pagan con emociones, porque la crisis hasta dificulta para comer, dijo.

Precisó que este tipo de mercado o trabajo para algunos será denigrante, pero cuando existe una brecha económica tan amplia que separa a la mujer del hombre, obliga a hacer frente a la desigualdad social, además de que, en México, es elevada la tasa de desempleo, la cual se combina con salarios bajos que para nada sirven hoy en día.

También sostuvo el facultativo, que cambiar el destino es difícil cuando están dentro de un sistema injusto e insostenible y por ello las calles y las carreteras se llenan de sexoservidoras cada día, porque la situación precaria, empuja también a hombres, a vender su cuerpo a cambio de dinero.

Desafortunadamente son carne de cañón y esta actividad no podrá reducirse en tanto no se incorporen a un sistema de igualdad de ambos sexos, “pero esto es difícil que ocurra, cuando el camino ya está allanado”.

Mientras tanto, corresponde a nosotros vigilar y por supuesto vigilar que este oficio crezca, ya que podría existir el peligro de una contaminación sexual, concluyó.