El fallecimiento este jueves de Fernando Alatorre Escobedo, es un hecho que conmueve y que hiere el corazón de quienes verdaderamente amamos el oficio o profesión del periodismo.
Nuestro querido amigo, fundador de NOTICIAS, Diario de La Laguna (hoy convertido en NOTICIAS de El Sol de La Laguna-OEM), terminó su ciclo en la Tierra y deja atrás la huella imborrable por su ciencia y sapiencia y porque fue uno de los pilares de la prensa escrita y maestro de las nuevas generaciones.
Quizá su primera máquina de escribir Remington, perdure en los recuerdos de la familia que tanto lo amó y que ahora llora su partida, porque Fernando siempre fue un hombre justo, ecuánime y alegre, lo que le caracterizó en la oficina, en los distintos puestos que ocupó como Director de Comunicación Social en Gómez Palacio y hasta en la cancha de futbol, donde figuró como excelente deportista.
Mi querido “chato”, como le conocimos varios, fue fundador de este diario, cuando en la avenida Acuña de Torreón (hoy convertido en el Archivo Municipal) iniciaba la aventura (hace 45 años) para después cambiarse a Constitución y Mina e iniciar labores en un nuevo edificio en donde el director era Blas Sosa Domínguez, uno de los socios junto con Jorge Dueñes Zurita (dueños del Unión Laguna de beisbol y otros empresarios, quienes le apostaban a un nuevo giro.
Este jueves después de las 12:00 del día, su corazón ya no latió más y en su regazo se quedó dormido para siempre, ante la mirada perdida de su querida esposa María Teresa Talavera, quien inconsolable no admitía la partida de su compañero de tantos años, junto con quien labró una familia con principios, honestidad y trabajo.
Fernando inició desde muy joven el oficio de periodista, porque fue empírico, pero con un gran facilidad para asimilar las letras, el estilo, la corrección, pero sobre todo el respeto hacia sus coterráneos, porque también fue un excelente ser humano, justo y siempre luchando en favor de las clases desprotegidas, dando la mano al amigo y al desvalido.
Cursó una carrera técnica para luego graduarse como contador privado, de ahí, su destreza con la máquina de escribir para relatar diversidad de notas, tanto policiacas, educativas, agropecuarias, pero sobre todo, las de su gran pasión, las deportivas.
Fue en NOTICIAS, jefe de Redacción cuando Régulo Esquivel Gámez (que también en paz descansa), fue director, para después emigrar al gobierno municipal, en donde se desempeñó varios trienios como titular de Comunicación Social del Ayuntamiento, iniciando con don José Rebollo Acosta y terminar con Leticia Herrera, quien un 10 de enero del 2017 lo nombró jefe de comunicación y le dio toda la confianza, luego del paso de tres personas que dejaron el cargo por no adaptarse.
Estos comentarios, son mínimos, porque contar la historia de Fernando, nos llevaría varias páginas y hoy lo queremos recordar por lo que fue, un hombre bondadoso y alegre, quien a pesar de sus enfermedades (traía marcapasos) nunca claudicó, porque supo cumplir hasta el final de la encomienda que le encargó Dios.
Resumo su amistad en este corto relato y por las jornadas que vivimos juntos, sin olvidar aquellas largas conversaciones sobre la vida misma, sobre el presente, el futuro y que ahora con su partida me provoca el dolor y que me hace caer en la tristeza, porque verdaderamente fue un gran amigo.
El departamento de fotomecánica (ya desaparecido), fue uno de sus lugares preferidos, porque gustaba de aprender para luego ir a la rotativa para observar los colores del periódico y revisarlos para hacer adecuaciones, sin embargo, en estos dos departamentos, sólo queda el eco de sus risas, porque insisto, su alegría contagiaba y daba ánimos.
Adiós gran amigo… hasta mañana y claro me queda que a tu familia le diste amor, obediencia a tus padres y honor a quienes te rodearon y te apreciamos.
Dejas un halo de tristeza, la cual compartimos porque nos dejas un gran recuerdo dentro de nuestro gran periodismo lagunero. Mis condolencias a sus tres hijos, a su esposa, a sus nietos y a mi amigo Luis Alatorre y a sus queridas hermanas, y seguro estoy que ya está con el Creador. ¡Descanse en paz!
