Gómez Palacio, Durango. - En Gómez Palacio es muy difícil que la gente tenga acceso a los residuos sanitarios y a la vez, busque rescatar como sucede en otras entidades, los cubrebocas desechados para lavarlos o desinfectarlos y volverlos a reutilizar a través de su venta.
"Sabemos que la pandemia ha pegado duro a las clases vulnerables que hoy en día buscan cualquier manera para sobrevivir, sin embargo, así como estamos al pendiente del uso seguro de los recursos biológicos y genéticos a través de la Bioseguridad, también cuidamos que los desechos hospitalarios lleguen a su confinamiento final, que es un lugar de Monterrey en donde son extinguidos a través de una empresa especial", dijo la doctora Rosa Lilia López, directora de salud en Gómez Palacio.
Recordó además, que el relleno sanitario, donde este tipo de residuos de los hospitales llegan en una bolsa roja, de acuerdo a su clasificación de peligrosidad y contaminación, sigue cerrado y por lo tanto no es operado por el grupo de pepenadores.
Son los únicos que tienen acceso, aunque hoy para cuidarlos de posibles contagios y por su salud, se les obligó a descansar.
Pudiese haber un tiradero clandestino de basura, pero dudamos que los cubrebocas ya usados, se estén lavando para venderlos y obvio, que esto sería criminal que merece un castigo, porque no se sabe el riesgo de contaminación que puedan traer, expuso.
Luego que se ha comentado que en otros estados la necesidad obliga, dijo la funcionaria, que se vigilará al respecto, luego que las malas intenciones se copian de inmediato y por lógica es en la gente que no tiene trabajo y podría ser comprensible literalmente hablando.
"Hasta el momento, seguimos ocupados en minimizar los impactos al ambiente y la salud para evitar riegos de contagios y por ello hemos vigilado que este tipo de basura hospitalaria, llegue a su destino, que es Monterrey en donde en un lugar especial la incendian y la extinguen totalmente a través de líquidos especiales, apuntó.
Todo ello, se rige a través de las normas sanitarias oficiales para su control y desaparición total, garantizando con ello, un ambiente saludable en el municipio y dentro y fuera de los hospitales.
La clase A de residuos son los que se meten en la bolsa roja, porque son Biocontaminantes y que ponen en riesgo el medio ambiente y la salud de los habientes y claro que nuestro trabajo, también contribuye a reducir los riesgos en este tiempo de pandemia, expresó.
Hay una disposición final, de lo contrario al estar expuestos, las sustancias puede ir a parar al aire y transportarse a miles de kilómetros y es lo que evitemos a través de este método obligatorio a cargos de empresas especialistas, dijo.
