Gómez Palacio, Durango.- El consumo de vinos y cerveza ha descendido quizá para bien de la sociedad y la juventud o bien, para mal en este tipo de comerciantes, quienes aseguran a través de su dirigente, que las ventas en este periodo vacacional, han descendido en un 30 por ciento.
Alfredo Ortega Tovar, presidente de la Unión de Comerciantes en Vinos y Licores de Gómez Palacio, que alberga a 120 integrantes, se queja a la vez, que en este año se han cerrado 4 negocios de este tipo, por la crisis misma, por no poder pagar más impuestos y por los gastos que implican, luz, agua y sueldos.
“Indiscutiblemente que la crisis nos afecta y más porque es época de graduaciones, de vacaciones y por la competencia que tenemos de supermercados, tiendas de conveniencia, quienes por echar fuera todo el producto que tienen almacenado, lo ofertan los fines de semana, incluso dando dos por uno y ello, obvio, nos obliga a cerrar temprano por falta de clientes o en definitiva, como lo han hecho cuatros de nuestros compañeros”, explicó.
A pesar de que ofrecen una gran variedad de bebidas en bares, cantinas, restaurantes-.bar, acompañados de una excelente refrigeración, atención de primera y un servicio propio del cliente, estos lugares después de las 18 horas se ven desolados, porque no hay poder económico como antaño y lo mismo sucede en expendios y minsupers donde se vende cerrado el producto.
Este descenso progresivo de ventas, inició desde la última semana de junio “y si acaso nos recuperaremos es hasta el mes de septiembre, así que tendremos casi tres meses de crisis económica y en lo que se refiere a la venta de vinos de mesas, la venta en éstos también ha recaído”.
En tiempos donde la bonanza la trajeron las maquilas, las ventas llegaban hasta el 100 por ciento diariamente. Hoy en día, apenas se vende un 70 por ciento cada semana.
“No queda otra más que sacrificar el precio en aras de obtener mayores ventas, aunque las ganancias sean menos, de lo contrario, muchos otros más estarían pensando ya en el cierre, porque además de nosotros dependen otros proveedores, como los expendedores de hielo, de los que hacen la famosa “botana”, quienes nos surten de cacahuates, papas, refrescos, limones, quienes nos venden servilletas, artículos de limpieza, boleros, músicos y hasta quien se encarga de que la refrigeración esté funcionando al 100 por ciento, en lo que toca a bares, restaurantes y cantinas”.
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Reconoció Ortega Tovar, que en época de bonanzas de las maquiladoras las ventas eran redondas, “se consumía a toda hora, pero después vino la debacle y con ello el descenso en las ventas y lo que toca ahora es esperar septiembre y vender lo posible hasta diciembre”.
Dijo que de este trabajo, dependen más de 200 familias, es decir casi 16 mil personas que se involucran de tal manera en este oficio.