En lo que va del 2019, alrededor de 5,200 unidades entre camiones y taxis, han sido enviadas al corralón, por no cumplir con los reglamentos que se exige al transporte público y por evitar otros sus pagos por derechos vehiculares, hacer una competencia ilegal y por supuesto no portar las placas actuales.
Armando Ramírez Barley, subdirector de Transporte en La Laguna de Durango, dijo que transportistas y concesionarios, han caído en la irresponsabilidad y por lo tanto son objeto de infracciones, de ahí que los operativos sean constantes, incluso en época de vacaciones.
Añadió que ahora han enfrentado un problema distinto, porque hay particulares que dan el servicio de sitio hacia algunas comunidades rurales y no precisamente son Uber, lo que pasa es que algunos no pudieron pagar el rezago que arrastran por derechos vehiculares, multas y recargos, prefirieron obtener láminas particulares para convertirse en taxista ejidales.
Los camiones urbanos y suburbanos tienen de oportunidad de prestar el servicio en unidades diez años atrás, para evitar chatarras y descomposturas
Ramírez Barley
No obstante, aseguró que se mantiene una vigilancia especial “y no para impedir que trabajen sino obligarlos que cumplan con la ley como cualquier otro transportista o concesionarios”.
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Ramírez Barley, aseguró que todos los días afrontan problemas con el transporte, principalmente con los taxistas, con esos que siguen en el periférico dando el servicio de “cinqueros”, lo que por supuesto, lesiona la economía de los demás y en este sentido, dijo, tienen que realizar un operativo especial desde el Rebollo Acosta hasta el puente antes de cruzar a Torreón.
En La Laguna de Durango, hay un padrón de 6,120 unidades entre camiones y taxis, mismos que deben cumplir con sus pagos, papelería y placas, de lo contrario, en el próximo operativo, se irán muchos al corralón, porque existe un marcado rezago de cuando menos un 48 por ciento de incumplidos entre los que destacan los sitios con un 30 por ciento.
Los rondines también se ampliarán con mayor frecuencia hacia las comunidades de Bermejillo y Tlahualilo, donde también existe desorden.
