Gómez Palacio. - A manera de protesta, un 70 por ciento de sexoservidoras en Gómez Palacio, se niegan a pagar el que consideran elevado cobro por el servicio que la Dirección de Salud Pública les brinda en los exámenes de VIH, VDRL y exudado.
Maritza y Grace (un homosexual y una prostituta), cuyos nombres son de profesión, afirman que los cobros por ejercer este polémico oficio, aumentaron en desproporción y por ello han rechazado cualquier prueba de laboratorio que Prevención Social pretenda aplicarles ya que consideran ello como una medida recaudatoria.
Quiénes permanecen en el anonimato "porque si nos identifican nos multan o nos quitan la licencia" aducen estos cobros como exagerados porque aumentaron hasta en un 50 por ciento, por ejemplo contra el sida el cual costaba 85 pesos anteriormente.
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Es por ello que afirman que tres cuartas partes "nos negamos a que nos apliquen este tipo de pruebas de laboratorio, que deben ser gratuitas, porque como muchos, tenemos riesgos, en nuestro caso con proxenetas y porque muchas ni descansamos durante la menstruación, porque si no tenemos para comer, menos hay para pagar".
Entrevistada al respecto, Rosa Lilia López Moreno, directora de salud, acepta que hubo aumente en los exámenes de laboratorio en un 15 y 20 por ciento.
Acepta que hay inscritas en el padrón, 258 mujeres de la vida galante y 22 homosexuales "quienes vivían bajo el paternalismo de Prevención Social en la administración pasada, porque unas pagaban, otras no y el control y organización estaba por los suelos todo ello apoyado por los dueños de los giros negros".
"Se aplicaron algunos aumentos que no sobrepasan el 20 por ciento por lo que podemos asegurar que el exudado para detectar la infección vaginal vale 56 pesos y se aplica cada 15 días; el VIH para detectar el sida, tiene un costo de 168 pesos y el VDRL para conocer si hay infección por sífilis, 67 pesos y en este caso, ambos se aplican cada tres meses", dijo.
López Moreno se hizo acompañar en la charla, de la doctora Tania Martínez Díaz, subdirectora de Prevención Social, que acepta que la revisión de meretrices ha decaído en un 70 por ciento como medida de protesta, por los altos cobros en los exámenes, "sin embargo es necesario regularlas para que con seguridad sigan alternadas en su trabajo en calles y esquinas y salven el sida como parte de su actividad laboral o bien un contagio por transmisión sexual denominadas venéreas,.
Dijo que estos riesgos se agudizan al tratarte de una actividad muy pocas supervisadas o ilegal (sin mucha reglamentación).
"Sabemos que la respuesta de las sexoservidoras radica en el buen pago que obtengan por su trabajo, no obstante, se puede ayudar a quien demuestre carecer de recursos propios", dijo.
Precisó que sólo se les invita a que cumplan con el protocolo o certificado de buena salud para que el cliente tenga mayor seguridad en el momento de cohabitar, subrayó.
También es necesario detectar hepatitis C o B, gonococos patógenos en la garganta y otros peligros propios de la actividad.
Ofrece a cambio Prevención Social, calidad de servicio e información confidencial a fin de eliminar la patología detectada, ese es el único objetivo que buscamos como servidores públicos, canalizándolas al Hospital General B, si los problemas son mayores, los cuales son enteramente gratuitos, añadió Martínez Díaz.
Lo cierto, es que algunas 180 sexoservidoras se han negado como medida de presión, muchas de las cuales son apoyadas por dueños de bares y cantinas.
En lo que se refiere a casos de sida, sólo hay uno inscrito, y se trata de un homosexual de Ciudad Juárez, Chihuahua, el cual es vigilado permanentemente para evitar ejerza la profesión.