Gómez Palacio, Durango. – Enfermero de segunda generación y amante de la atención y servir a la gente que así lo necesita, Fernando Castillo Almanza cumplirá en el mes de agosto dos años de servicio como enfermero en la Unidad Médica Familiar 46 del Instituto Mexicano del Seguro Social ubicada en Gómez Palacio y que actualmente enfrenta una delicada situación ante la contingencia sanitaria del Covid-19, que reconoce jamás se imagino iba a vivir.
Castillo Almanza de apenas 24 años de edad, recuerda con algo de risa que en sus años de estudiante jamás vio un solo tema que hablará de una pandemia, por lo que reconoce el miedo y la preocupación fueron los primeros sentimientos que tuvo al enfrentar de cerca la presencia del virus en su lugar de trabajo y que irremediablemente, sabía, no se iría pronto, por lo que era hora de extremar precauciones como profesional, pero sobre todo como hijo, hermano y nieto.
El joven enfermero manifiesta que fue desde niño que sabía que la enfermería sería parte de su vida, no solo porque esa fuera la profesión de su madre, sino porque recuerda, que cuando ella lo llevó una vez a su trabajo, se quedó fascinado con todas las labores, con ver como la gente le agradecía de manera sincera por haberlos atendido, por lo que inmediatamente sintió que eso sería lo suyo.
Aunque asegura que la carrera no es de lo más sencillo, pues tiene sus sacrificios y desgaste, afirma que son más las alegrías y satisfacciones que las penas, que por cada miedo y riesgo, saber que puede ayudar a salvar una vida, compensa todo lo que actualmente están pasando y que además de afectar su trabajo, afecta su vida e integridad como persona.
“Hoy mi vida ha cambiado totalmente llegar a mi casa se ha tornado diferente, antes llegaba y platicaba con mi familia de mi día, ahora mi madre me espera para desinfectarme los zapatos, ingresó por la puerta trasera de mi casa para quitarme la ropa y bañarme inmediatamente, jamás pensé que un día esto iba a ser así, pero tenemos que adaptarnos y seguir con nuestra vida, seguir contribuyendo de manera efectiva a la sociedad”, señaló.
De la misma forma el enfermero señala ante los casos de ataque al personal de salud que él no se ha sentido incómodo o agredido, pero ha visto casos que suceden en otras partes del país y escuchado testimonios de compañeros que se han visto perjudicados, por lo que solo invita a la ciudadanía a ser empáticos, a que se den cuenta que todos somos iguales, somos seres humanos que con nuestro trabajo queremos salir adelante, buscando lo mejor para nuestras familias.
Asimismo, el joven enfermero asegura que al dedicar su jornada laboral en el área de traige respiratorio, el pánico fue el sentimiento que reino durante los primeros días, pues su trabajo consiste en recibir a todo aquel paciente con problemas de respiración y junto a una doctora evalúan a cada paciente que llega a la unidad médica y en base a eso, canalizan a los pacientes, ya sea a urgencias o al área de pacientes con Covid-19.
“En un principio si estábamos con algo de miedo mi compañera y yo, pero ya poco a poco ha ido cambiando la situación, es lo más normal cuando te enfrentas a algo desconocido y que puede perjudicar tu vida, pero hoy ya con lo que tenemos de seguridad hemos podido hacerle frente de mejor manera a la situación, recibimos a los pacientes y les hacemos el primer diagnóstico, ya en base a eso se canalizan, pero lo único que nos queda a nosotros es seguir trabajando de la mejor manera, aprender y seguir estudiando, esto dejará un precedente como ningún otro en la medicina sin duda alguna, pero primero Dios todos saldremos de esta delicada situación”, comentó.
Fernando Castillo mencionó que la enfermería le ha permitido ser más humano, por lo que sin duda agradece poder servir con sus habilidades a la gente que más lo necesita y recuerda con cariño tres sucesos que le han marcado su joven vida.
“En mi joven vida de servicio he tenido tres sucesos que me marcaron de una manera impresionante, el primero que recuerdo con afecto y mucha tristeza es el haber convivido con un niño que tenía parálisis cerebral y un severo cuadro de desnutrición, por días convivimos con él y su familia y un día al llegar me comentan que falleció, sin duda un duro golpe, el segundo fue al tratar a un señor con diálisis peritoneal, el señor se encontraba muy débil y siempre estaba solo, pues sus familiares trabajaban y no podían estar con él, por lo que me hice muy cercano a él, me contaba historias de su vida, escuchábamos música, hablábamos de libro, caminábamos por los pasillos para su mejoría hasta que fue dado de alta y me lo agradeció de una manera muy especial que hasta hoy llevó en mi corazón y por último está contingencia que estamos viviendo, jamás me imagine vivirla, y me ha dejado mucho aprendizaje”, concluyó.
Por último, externó a toda la ciudadanía a que extreme precauciones, que no se tome a la ligera el virus, que no expongan a niños ni a adultos mayores, afirmando que si pudieran estar por un día en el área de traige respiratorio y en la de enfermos de Covid-19, se darían cuenta de que esto no es un invento, de que hay gente enfermando, personal médico arriesgando sus vidas por salvar otras y compañeros que cada día dan positivo al virus, pero aún más grave, gente que muere sola sin nadie, sin poder despedirse de sus familiares.