Hoy no hay nada que festejar

Unidos seguimos en los pensamientos de la sociedad

César Acosta Amaya | Noticias de El Sol de La Laguna

  · domingo 7 de junio de 2020

Nuestra libertad de expresión también busca relajar el ambiente de la vida pública y social. / Foto: Cortesía

Gómez Palacio, Durango. - Los comunicadores también nos sentimos adoloridos, confusos y sorprendidos por el número de decesos en el mundo por el Covid-19 y por ello, seguros estamos, que en la Laguna no hay nada que festejar este 7 de junio en que se recuerda el Día de la Libertad de Expresión. Quizá lo celebremos a través de nuestros pensamientos.

Desde que el presidente de la República, Miguel Alemán Velasco, instituyó el 7 de junio de 1951 la Libertad de Expresión, en este fatídico 2020, será la primera vez en que los periodistas "no estemos unidos".

"El 7 de junio no se nos olvida, y lo que toca en estos tiempos, es agradecer que estamos bien y que Dios ha puesto su mano para seguir articulando opiniones en bien de la sociedad, que es nuestra encomienda y sin temor a censuras".

La vida ha cambiado drásticamente y nuestra obligación, es seguir inmersos en la difusión de los riesgos que trae esta pandemia, porque como otros, también causa sugestión, zozobra y hasta pavor por lo que le pasa a nuestros semejantes, a esos adultos mayores que merecían otros años de vida, o bien, el daño que causa en nuestros niños o jóvenes que sin alguna enfermedad crónica han sido víctimas de este virus, el cual sin duda pasará a la historia por el gran número de vidas que ha cobrado.

El Covid-19 nos ha traído una lección importante y nos deja una gran reflexión: el de ser mayormente organizados para afrontar el futuro y evitar consecuencias fatales como las que vivimos hoy en día. Como todos los periodistas laguneros, lamentamos la situación actual pero seguiremos desde nuestra trinchera trabajando y defendiendo, pero respetando los límites de otros.

La opinión de nuestros conciudadanos es importante y claro que la seguiremos enmarcando sin vulnerar derechos y, a la vez, difundiendo sus ideas y pensamientos siempre y cuando vayan encaminados a un bien común. Tenemos nuestros errores y como tal aceptamos la crítica y si es constructiva mejor, porque los políticos, líderes de opinión y la sociedad, también tienen derecho a señalar porque vivimos tiempos de democracia.

Una libertad de expresión adolorida la de hoy. / Foto: Nayeli Solorio | Noticias de El Sol de La Laguna

Hoy, vivimos una crisis global que ha cambiado nuestros modelos de vida, en donde están inmersos todos los países, las esferas sociales, sin importar edades porque afectó la economía, el deporte, el trabajo el transporte y los diversos hábitos de todos los sectores de la sociedad la cual tiene que vivir en aislamiento y cuidándose sobremanera mientras llega la cura o la vacuna, contra este mortal virus que sacudió al mundo.

Y mientras tanto, aquí están nuestras herramientas de trabajo, que como siempre, serán utilizadas para incentivar, pero nunca para denostar reconociendo a la vez y respaldando una voz fundamentada cuando de alguna manera se ve hostigada o injuriada.

Nuestra libertad de expresión también busca relajar el ambiente de la vida pública y social que caracteriza a los sistemas democráticos a través de esta Libertad de Expresión que muchas veces ha querido ser vulnerada o callada.

Nuestro trabajo, implica deberes y obligaciones y en ella también estamos incluidos como seres humanos y ciudadanos, pero a la vez, fustigamos el odio, la intolerancia y las actividades adversas que inciten a la violencia, porque a la vez, queremos un México nuevo y una comarca lagunera mejor.

Pues bien, el quehacer humano fue otro a partir de febrero, porque esta pandemia es distinta a las demás ya que destaca como mortal y duradera, de acuerdo a los científicos, porque no se ha definido propiamente si se trata de un "arranque, pico o caída", y esto es preocupante. Y mientras no haya fórmulas para combatirla, seguiremos relegados de nuestras actividades cotidianas.

Este 7 de junio no habrá festejo y mucho menos estaremos rodeando un arreglo floral, porque todo cambió por la contingencia y por lo tanto, el abrazo sigue pendiente.