Iglesia pide orar para que mexicanos salgan a votar

Piden a ciudadanos elegir dirigentes que busquen el bien común

Armando Cobián Lafont / El Sol de La Laguna

  · jueves 22 de febrero de 2024

La Diócesis de Torreón se una a la Conferencia del Episcopado Mexicano que lanza un tiempo de oración para que todos los mexicanos y mexicanas salgan a votar en estas elecciones. / Foto: Roberto Rodríguez Hernández | El Sol de La Laguna

Torreón, Coahuila. - La diócesis de Torreón, se une a la propuesta de la Conferencia del Episcopado Mexicano, donde advierten a partir de hoy se mantendrán en oración permanente para pedirle a Dios Padre que asista a los ciudadanos y ciudadanos rumbo al próximo proceso electoral.

En su comunicado la Conferencia del Episcopado Mexicano desea comunicarles que hemos convocado a las comunidades contemplativas de todo el país para que inicien un tiempo ininterrumpido de Oración, con el fin de implorar a Dios Padre, que envíe al Espíritu Santo para que nos guíe y nos asista en el próximo proceso electoral que está por comenzar formalmente.

Al iniciar este tiempo de oración, esperamos que el Señor nos conceda que este proceso electoral se realice en paz y transparencia, y que todo el pueblo mexicano haga conciencia de su compromiso nacional para que SALGA A VOTAR y elija dirigentes que busquen sinceramente el bien común.

Les invitamos a todos a unirse fraternalmente a esta iniciativa, sumando sus propias plegarias y oraciones para pedir a nuestro Señor Jesucristo que ilumine la conciencia de todos los mexicanos y nos impulse a participar activa y responsablemente en los comicios del 2 de junio, eligiendo a quienes busquen sinceramente promover el bien común, como nos sugiere la Doctrina Social: «Todos los fieles, en cuanto partícipes de la realeza de Cristo, tienen el derecho y el deber de participar en la promoción del bien común» (CDSI, 395).

Exhortamos igualmente al diálogo respetuoso y constructivo entre todos los sectores sociales, más allá de posiciones políticas o credos religiosos, pues la grandeza de México radica en su diversidad y en la capacidad de sus hijos para tender puentes y encontrar puntos de encuentro.

Hacemos extensiva esta invitación a hermanos y hermanas de diferentes confesiones religiosas, para que podamos juntos elevar nuestras súplicas al Creador, cada uno según las propias tradiciones y creencias, pero unánimes en el anhelo del bien para nuestra amada nación.

La participación ciudadana y el compromiso por el bien común nos convocan más allá de cualquier diferencia. Y estamos convencidos de que la oración conjunta de distintas voces y manos unidas multiplicarán la fuerza espiritual para iluminar la conciencia de la sociedad y promover la justicia, la honestidad, la paz y la fraternidad que todos anhelamos.

Que este llamado sea motivo de acercamiento y diálogo entre diversas expresiones religiosas, para contribuir desde nuestra propia identidad, experiencia y sabiduría, a la edificación de la casa común que todos deseamos para México.

De esta forma extendemos un mensaje incluyente, valorando la diversidad y enfatizando puntos de encuentro en los anhelos compartidos como país.

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Hermanos y hermanas, la construcción de la casa común que anhelamos los mexicanos requiere de la participación comprometida de todos. Después de elevar nuestras súplicas al Cielo, es tiempo de actuar en la tierra con responsabilidad cívica.

Motivamos a cada ciudadano a ejercer el voto de forma libre y razonada el próximo 2 de junio, como expresión de amor a México.

Sumemos voluntades, esfuerzos y oraciones para proclamar: “Yo saldré a votar como gesto de servicio, justicia y paz”. Juntos podemos promover el bien común bajo la mirada amorosa del Creador y la protección maternal de Nuestra Madre la Virgen María de Guadalupe, que intercede ante su Hijo para que los anhelos de justicia, paz, honestidad y prosperidad que anidan en el corazón de todo mexicano, puedan hacerse realidad.

Es así como, mediante nuestra unidad fraterna en la oración y en el compromiso cívico y social, podamos construir juntos esa “Casita Sagrada” con la que Ella nos convoca a edificar un país más justo y fraterno para todos.