Torreón, Coahuila.- Timoteo se levanta todos los días antes de las seis de la mañana, sale de su casa con el alba del amanecer y regresa poco después del atardecer. Su recorrido es de 20 a 25 kilómetros diarios, él asegura "este trabajo parece sencillo y que no tiene nada de ciencia, pero no es para todos, aquí tenemos que lidiar con muchas cosas, desde recoger bolsas mal amarradas y con basura muy desagradable, hasta pelear con perros de la calle".
Hace algunos días un trabajador de PASA se accidentó con unas jeringas que venían dentro de una bolsa de basura y se le cuestionó a Timoteo por los riesgos de este trabajo, él dijo, "primeramente los carros, hay gente que se desespera mucho cuando venimos trabajando y ni siquiera tienen la precaución cuando uno está haciendo su chamba, en estos 7 años he sufrido mordeduras de perros, casi me avienta un carro, cortadas con vidrio y hasta agotamiento físico en tiempo de calor".
Timoteo no cuenta con un horario establecido porque puede salir a las cinco o seis de la tarde dependiendo del trabajo, una jornada que se aligera cuando la gente se comporta amable con ellos, no con dinero, sino con el saludo y la sonrisa, él asegura, "hay un niño que siempre nos espera en la ruta para saludarnos, le gusta mucho ver el camión el sonido de la campana, a nosotros, y esas pequeñas cosas son lo que lo motivan a uno para hacer el jale".
Timoteo recorre muchos kilómetros de trabajo, que se transforman en esperanza para poder llevar el sustento a su familia, pisadas fuertes de fe y esperanza, de que al final de cada recorrido, regresa físicamente agotado a casa, pero con la satisfacción de haber realizado con alegría un día más de trabajo.