La educación es el primer compromiso del estado frente a la nación y el principal factor del crecimiento económico y del desarrollo social, una estructura sólida a nivel superior se construye sobre los cimientos macizos de la educación básica, que deben ser firmes y resistentes, manifestó el economista Eliseo Mendoza Berrueto.
México no se distingue ni por deficiencia ni por eficacia de su sistema educativo, según Mendoza Berrueto, nuestro país se encuentra en el penúltimo lugar de calidad académica, esto de acuerdo a un estudio anual del nivel de competitividad de 63 naciones del mundo.
Resaltó que este lugar lo ocupaba en 2019, ahora falta sumar los estragos provocados por la pandemia, que rebajarán aún más la calidad de la educación y agudizarán la deserción escolar.
Una de las causas es que en cuanto al gasto público, solo se otorga el tres por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, mientras que en Israel es del siete por ciento, en Estados Unidos 6 y en Chile cinco por ciento.
Por otra parte, Eliseo Mendoza señaló que en la educación secundaria las aulas se integran en promedio por 25 alumnos, mientras que en Austria son nueve y Bélgica 10 estudiantes.
Respecto a la educación superior México ocupa el lugar 53 con el 23 por ciento con el grupo de edad de los 25 a los 34 años, mientras que en Estados Unidos es el 48 por ciento de jóvenes que deberían tener una profesión.
La universidad y la sociedad forman un binomio indisoluble, no pueden subsistir una sin la otra, el país requiere de los profesionistas, de la investigación científica y de la cultura que emana de las instituciones de educación superior, resaltó.
Para satisfacer las necesidades de una economía competitiva es importante la educación universitaria, “de una escala del 0 al 19, la calificación de México es de 5.4, Suiza 9.9, Holanda 9.8 y Estados Unidos 7.7”, manifestó el distinguido académico.
A sus 90 años, Don Eliseo Mendoza recordó la importancia de la actualización tecnológica, dio a conocer que México ocupa el lugar 56 en nivel tecnológico, 46 en el científico, 52 en salud y medio ambiente, estas cifras, dijo, son el resultado de la escaza inversión en investigación y desarrollo.