La madrugada del martes 24 de marzo de 2009 fue la fecha en la que se suscitó uno de los crímenes más escalofriantes en el municipio de Saltillo, dónde una mujer llamada Rocío Hernández "La Güera", de apenas 25 años, asesinó a sus dos pequeños hijos Saúl y Fátima de 11 y 5 años de edad, mediante un incendio provocado.
La tragedia ocurrió en una casa marcada con el número 410 oriente de la calle Melchor Múzquiz, en la zona centro de la ciudad.
Los vecinos rápidamente reportaron el incendio al número de emergencias (en aquel entonces 066) y cuando los bomberos llegaron al sitio encontraron a los niños casi carbonizados.
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ESTABA "LOCA" DE AMOR
De acuerdo con los vecinos, "La Güera" siempre fue una mujer muy extraña, decían que sufría de esquizofrenia y era adicta a la bebida.
La mujer trabajaba por muchas horas en un bar llamado La Jirafa, cuyo dueño, Jesús Mata, era su amante y le tenía mucho amor a Saúl y a Fátima.
Sin embargo, la relación entre Rocío y Jesús no era buena, ya que ella no respetaba las reglas laborales y terminaban discutiendo en muchas ocasiones, hasta que ella decidió castigarlo.
Después de haber peleado la mañana del 24 de marzo, Rocío tomó un taxi y le ordenó que se parara en una ferretería porque quería comprar 'veneno para ratas', aunque no encontró. Desesperada, le pidió al chófer que la llevara a su casa y la esperara, saliendo de su domicilio con dos garrafones que llenó de gasolina hasta el tope.
Finalmente Rocío falleció días después de su crimen en el Hospital Universitario de Monterrey, ya que gran parte de su cuerpo presentaba quemaduras graves y había entrado en un coma del cual nunca despertó.