Torreón, Coahuila. – Con poco más de cinco años como profesional de la salud enfocado en la enfermería, José Ángel Gómez Escobedo, menciona que para él la vida no tiene sentido si no se sirve, sino se apoya y se hace el bien al prójimo, pues acepta que a pesar del gran riesgo que corre al ir a la Ciudad de México y apoyar a los hospitales móviles para luchar contra el Covid-19 instalados en la capital del país, puede más su amor a su profesión y a la vida misma.

El enfermero de la unidad médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) No. 46 con sede en la ciudad de Gómez Palacio, Durango, el profesional de la salud define este momento de la vida como algo lleno de angustia, de desesperación y de desolación, pues desde el primer momento ha estado en el área Covid, viendo, auxiliando y siendo testigo de esta enfermedad, situación que define como triste y desgastante.

Como parte de un escuadrón conformado por 12 trabajadores de la Clínica No. 46 y una compañera de la clínica 51, Ángel no dudo en ningún momento al ver la convocatoria lanzada por el Instituto, en inscribirse y apoyar en este momento tan complicado que se está viviendo, pues él mejor que nadie sabe lo que es enfrentarse al semáforo rojo, pues ya los ha vivido en par de ocasiones, luego de que durante las últimas semanas de noviembre, Durango entró en este color, por lo que sabe que a pesar del temor, es más grande su amor por la vida y por poder salir de esto todos juntos.

“Nadie aprende en cabeza ajena”

En palabras del joven enfermero, menciona que la gente lamentablemente no ha seguido de manera oportuna todas las recomendaciones emitidas por el sector salud, pues para él es triste ver muchos bares, antros trabajando en la modalidad de “restaurante” abarrotados y sin seguir medidas sanitarias alguna, lo que solo termina desencadenando en contagios y en mantener a las unidades médicas al tope de su capacidad. “Nadie aprende en cabeza ajena, veo los antros de Torreón, de Gómez y la gente abarrotando esos lugares sin seguir alguna medida sanitaria, estando en la calle familias completas, que se dejan guiar por la desinformación y malas estrategias por parte de algunas instancias de gobierno que no predican con el ejemplo”.

De la misma forma, Gómez Escobedo de 27 años de edad, menciona que durante finales del pasado mes de junio ya sufrió en carne propia los estragos del Covid-19, situación que se propició por estar trabajando de manera incansable para auxiliar a todos los enfermos que entraban a este piso, asegurando que a pesar de haberlo vivido fuerte con fatiga, con algunas complicaciones, en ningún momento cruzó por su mente renunciar a su profesión, “al estudiar enfermería o cualquier rama de la salud, se sabe y eres consciente de que se convivirá en un ambiente expuesto a muchas enfermedades, pero desde que me prepararon en la escuela, ya iba mentalizado a lo que me exponía pues entendí que la ciencia de la vida consiste en servir a los demás y hacer el bien”.

Igualmente, Ángel define que está enfermedad a más allá de ser grave, es horrible, pues en la gran mayoría de los casos te orilla a terminar solo tus últimos días de vida, pues por el riesgo esa persona que entre enferma debe vivir sus últimas horas sin tener la compañía de su pareja, de sus hijos, de sus familiares y amigos que son tan importante para motivarte y salir adelante, “sí bien nosotros estamos con ellos más que como trabajadores, tratamos de ser humanos, no es lo mismo, porque pues no somos familiares y no nos ven el rostro y en ocasiones ni siquiera a los ojos, algo que es triste y también desgasta”, menciona.

Por último, el enfermero lagunero que arribó desde el pasado viernes 8 de enero a la capital del país, mencionó que hasta el momento no hay certeza y seguridad de ser uno de los primeros afortunados en recibir la vacuna anticovid, sin embargo, eso no lo detiene, pues él viaja con la ilusión de servir y ayudar durante el mes de duración en el que consta el convenio firmado ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, esperando poder contribuir de la mejor forma y todos juntos vencer este amargo momento.