Incertidumbre y temor, así como cierto dejo de inseguridad genera entre los nigropetenses el deambular diario, más por la noche, de entre 600 y 700 migrantes que llegan a esta frontera para tratar de cruzar, su gran mayoría, por el Río Bravo, hacia Estados Unidos sin importarles la cantidad de adultos y menores que se han ahogado en su intento.
Así lo subrayó la diputada Esperanza Chapa, al mencionar que una gran mayoría de los que llegan a Piedras Negras parece que desde donde vienen ya tienen todo arreglado para cruzar, con algún coyote, porque se ve como se mueven con facilidad por diversos sitios.
Apuntó que por cada cuatro migrantes que quieren pasar a Texas y de ahí trasladarse a otra parte de Estados Unidos, viene un menor de edad con ellos, hombre o mujer, pero que no es nada de ellos porque al llegar a la frontera los abandonan a la orilla del Río y se preguntó ¿Qué padre haría eso, de abandonar a su hijo a su suerte?
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Comentó que todos los migrantes que llegan a esta ciudad fronteriza, ya sean connacionales o no, tienen como único objetivo llegar a Estados Unidos, donde al pasar son deportados de inmediato, algunos, mientras que otros son esperados por familiares que viven allá y se los llevan, burlando los filtros de la patrulla fronteriza.
Aseguró que al deambular libremente por Piedras Negras hacen de las suyas en casas abandonadas o desmanteladas, pero que es porque tienen mucha necesidad y los albergues están cerrados, mismos que en ocasiones solo les ofrecen comida, pero a veces no se dan abasto.
“Se han visto momentos, por la gran cantidad que son, como alteran el orden, pero únicamente se les llama la atención porque como son migrantes se les tienen que respetar sus derechos y eso es lo que se hace de manera ejemplar en Coahuila”, agregó.
Pero reconoció que en una ciudad con mucha población flotante es muy difícil tener un control absoluto y que en caso de que algún migrante provocará un daño mayor sería muy difícil encontrarlo, identificarlo o bien ubicarlo.
