Monclova, Coah.- Un caso más de negligencia de médicos del IMSS, denuncian familiares de una paciente que falleció tras una cirugía de riñón, luego de un año que no le pudieron detectar un tumor en el órgano, ni atenderle el agua en los pulmones, le daban sólo naproxeno y paracetamol, hasta que se agravó y fue enviada a la Clínica 25 de Monterrey, donde murió.
Sandra Laura Gómez Robles fue la víctima de negligencia médica en la Clínica 7 del IMSS, falleció en Monterrey al complicarse la cirugía donde le retirarían 10 centímetros de tumor en el riñón izquierdo, con más de un año de insistir que fuera enviada a Monterrey.
Familiares le dieron ayer el último adiós a quien en todo momento de su enfermedad permaneció positiva y alegre, sostiene Patricia Gómez Robles, hermana de la víctima, al recordar que hace un año se quejaba de dolores en la espalda baja y eso la llevó a la Clínica 86 del Seguro Social, ubicada al oriente de la ciudad, el médico familiar sólo le daba naproxeno y paracetamol para el dolor muscular que le diagnosticó y la regresaba a su casa.
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Durante el transcurso de un año no le dieron solución a su problema, hasta que sus hermanas la llevaron a una clínica privada donde le detectaron un tumor en el riñón izquierdo, recomendaron tratamiento y sólo así fue que en el IMSS aceptaron enviarla a Monterrey, donde le encontraron otros problemas.
En todo ese tiempo el tumor creció considerablemente, cuando se pudo haber evitado de tener una buena atención médica, oportuna y con los estudios requeridos, lo que nunca se hizo y el tumor creció hasta medir diez centímetros.
“Aquí están las consecuencias, ya es demasiado tarde”, dijo Patricia al recordar que para el pasado febrero su hermana no podía respirar ni hablar, requirió que una ambulancia de Cruz Roja la trasladara a la Clínica 7, donde el doctor Jesús Pérez Pérez rehuía atender a su hermana y el urgenciólogo le dijo que no requería de sus servicios y que no sabía por qué la habían internado, la pasó a primer piso y le dio pastillas sólo para quitarse la responsabilidad.
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El miércoles 6 de marzo la trasladaron de la Clínica 7 a la 25 de Monterrey, donde los médicos le detectaron cuatro litros de agua en sus pulmones y de inmediato la pasaron a cirugía para que pudiera respirar y hablar bien, con esto su salud mejoró.
Dijo que el pasado lunes, que ingresó al quirófano, ahí se complicó todo, los especialistas tuvieron que abrir la vena cava porque el tumor ya la había invadido, le transfundieron 10 unidades de sangre que su cuerpo rechazó y sobrevino el deceso.