Desde sus primeros trazos en papel y crayola, Marion mostró a sus padres y al mundo su potencial para el arte. Tiene un talento especial que ha trascendido del dibujo y la pintura, a la piel. A sus 9 años ya realizó sus primeros tatuajes y su aspiración es llegar a ser tatuadora profesional y de las mejores, como su papá.
Es hija de Alejandro Caldera, uno de los tatuadores más reconocidos en La Laguna; también es pintor y desde que Marion era muy pequeñita, comenzó a notar su interés y habilidad para el dibujo, por lo que comenzó a apoyarla y sobre todo a enseñarle todo lo que sabe de arte.
Marion Caldera Ramírez, además es una hija y alumna ejemplar, se desempeña con gran responsabilidad en casa y en la escuela, pero sin duda la dedicación y disciplina que le pone a su afición artística, destacan del resto de sus cualidades.
Es una pequeña alegre y sencilla, muy inteligente y desenvuelta; sorprende su capacidad, pero sobre todo la seguridad y firmeza al asegurar que su vida la dedicará al arte y al mundo del tatuaje.
Es también tenaz e insistente, por eso Alejandro decidió hace alrededor de 4 años, prestar atención a sus sueños y deseos de aprender a usar las máquinas y tintas, para comenzar este recorrido por el mundo del arte en la piel.
Solo ha realizado dos tatuajes en piel y los hizo a sus padres; para ellos es indispensable que ella tome este oficio con seriedad y profesionalismo, que tenga claro que requiere de mucha preparación, normal y lineamientos para poder llegar un día a hacerlo a otras personas y pueda demostrar que heredó el gran talento y habilidad de su papá.
SEDUCIDA POR SU ENTORNO
Creció entre diseños, tintas, tatuajes y estudios, desde muy pequeña comenzó a familiarizarse con este mundo y a resultarle apasionante, hasta decirle a papá que la enseñara y la dejara tatuar; pero le aconsejó que perfeccionara el arte del dibujo y la pintura para que más adelante pudiera comenzar a aprender a tatuar, más grande y más segura.
Tatuar es una gran responsabilidad, aunque los padres de Marion siempre han estado seguros de su talento y capacidad, le han enseñado que se debe capacitar adecuadamente.
“Me gustó porque mi papá lo hacía y desde que estaba en el kínder me gustaba mucho dibujar; cuando llegaba a la casa de mi abuela me ponía a dibujar o a pintara veces me compraba libros de colorear y me ponía a pintar todas las hojas y ya después me decía mi apá mira esto es el tatuaje, así se pinta, así se colorea, ya me fue enseñando, fui dibujando mejor y me fue gustando el tatuaje”, comenta la pequeña.
A pesar de que para poder ser tatuadora profesional debe tener práctica y aprender cada vez más cuestiones técnicas y artísticas, no lo hace nada mal; sus dos primeros tatuajes fueron uno a papá y otro a mamá, que incluso fueron dibujados por ella misma. “Practico haciendo dibujos, luego ya mi papá me presta su iPad y hago un diseño que quiera hacer en la piel, me presta su máquina y lo empiezo a hacer”.
Su mamá, Marion, también está de acuerdo en apoyarla en todo lo que desea hacer, siempre y cuando esté convencida, ya que es una actividad como cualquier otra; sus amigos y familia están igualmente orgullosos de ella y de lo que ha aprendido, sobre todo de ver que tiene sus sueños y convicciones bien claros. “Todos mis familiares me dicen que está bien, que está muy chido que aprenda a tatuar como mi papá”.
TALENTOSA Y PERSEVERANTE
Le gusta dibujar, pintar, hacer diseños digitales y también Alejandro le ha brindado las bases; nunca ha tomado clases particulares, solo en casa con su papá, quien incluso imparte talleres de pintura para niños en su estudio.
A Marion no solo le gusta el arte, también es deportista y le apasiona la natación; actualmente está entrenando en la Unidad Deportiva y preparándose para futuras competencias, busca ganarse un lugar para comenzar una nueva aventura en esta disciplina.
Alex recuerda que en un principio le llamaba mucho la atención la forma en la que dibujaba y la disciplina que tenía al hacerlo; insistió durante mucho tiempo pero era muy pequeña para poder empezar a aprender.
“Yo le decía, mira lo del tatuaje es un tema un poco más complicado, no es como dibujar, pero si en algún momento tú quieres dedicarte a eso, un buen principio siempre va a ser el dibujo, la pintura y en base a eso cuando ya quieras tatuar va a ser un poco más sencillo”.
Estos consejos la hicieron tener un poco más de paciencia e ir adquiriendo más conocimientos artísticos, tener más noción del color, la composición y otros temas necesarios. “A mi se me hace muy chido que ella decida eso, yo aporto lo que puedo con ella, como si fueran clases, en cuestión de enseñarle lo que yo sé porque creo que también a su edad es más sencillo captar la información en general”.
“Todo lo que le digo veo que lo pone en práctica y veo yo que tiene un avance de cuando tenía, no sé, cinco años a ahorita que tiene nueve, pues sus dibujos ya son diferentes, tienen más complejidad, ya son dibujos más pensados, mejor estructurados”.
APOYO INCONDICIONAL Y ADMIRACIÓN DE LA FAMILIA
A él en lo personal y como padre le hace muy feliz todo lo que está aprendiendo y que se enfoque en el arte. “A mi me gusta mucho involucrarla siempre con personas que tienen gustos similares al de nosotros como pintores, tatuadores, artistas en otras cuestiones como fotografía y todo eso; a mi se me hace muy chido que agarre referencias de todas partes y que también me vea a mi como un ejemplo”.
Sin embargo, pese a ser muy feliz por compartir el gusto y oficio con su pequeña hija, está consciente de que en cualquier afición que tenga, si en algún momento decide probar otro tipo de disciplinas o actividades, también la apoyará igual que como él y su esposa lo han hecho hasta ahora.
Ambos padres están muy orgullosos de Marion, no sólo por tener los mismos gustos y aficiones, sino porque es una niña muy dedicada, segura de sí misma, con sueños y metas que está dispuesta a cumplir y sobre todo, porque cada día trabaja por dar un paso adelante y alcanzarlas.
“Ahorita, estamos enfocados en el dibujo y la pintura para que en un futuro si se quiere dedicar a esto pues lo haga de una manera profesional, sin descuidar el otro lado que es el estudio; uno como artista a veces, cuando eres independiente, al principio batallas un poquito en hacerte de clientes, un portafolio, experiencia y pues no es importante ese lado de quizá tener una carrera y como complemento el lado artístico”, concluyó.
