Tras hablar sobre los efectos de la pandemia en el alumno luego del encierro en casa, el profesor Francisco Joel Torres Díaz, director de la secundaria "Rafael Ramírez Castañeda" de Gómez Palacio, lo resume así: "El 30 de abril es un Día del Niño sin nada que celebrar".
Desde marzo de 2020 en que en todo México se cerraron las puertas de las escuelas, el Sistema Educativo Nacional comenzó a cavar su propia tumba, aseguró.
"El 30 de abril en la vieja normalidad era de fiesta para los pequeños en casa. En preescolar y primaria había pasteles, piñatas, bolos, regalos y alegría para los peques. Hoy todo eso, parece muy lejano".
La nueva normalidad les ha traído a niños y niñas, miedo, estrés, aburrimiento, encierro, y asumir una forma de aprender dura y antipedagógica. Y sobre todo muy difícil de cumplir para aquellos infantes que no tienen una televisión, un teléfono celular o en el mejor de los casos, una computadora.
Otros, en cambio en casa tienen internet, más otro ingrediente muy importante, que mamá o papá tengan la suerte de tener trabajo y por ende poder estar en condiciones de mantener a la familia, pero sólo son unos cuantos.
"Aprende en casa I y II sólo nos ha demostrado que tenemos un sistema educativo muy débil, que tenemos una planta de docentes con carencias, y que este confinamiento que cerró las puertas de las empresas y de las escuelas, nos ha desnudado, pero sobre todo ha dejado a nuestros niños en la orfandad educativa, porque si los adultos no podemos enfrentar con éxito esta pandemia, los niños mucho menos, por todo lo que ya mencionamos, pero ellos han llevado la peor parte, porque tienen de maestra a su mamá que de la noche a la mañana se convirtió además de tutora en asesora de matemáticas, español, inglés, ciencias, educación física y otras asignaturas, todo ello, sin haber acudido a una escuela formadora de docentes".
Sostuvo que las madres que tienen dos o más hijos, “están cansadas de hacer lo que en teoría deberían de hacer los maestros y agréguele el quehacer de una vivienda”.
También comentó que no hay certeza, porque una gran cantidad de alumnos de preescolar y primaria no tienen ningún tipo de conectividad con sus maestros, en algunos casos son el 50% y en otros van del 15 al 30%, eso significa que existen niños que no han hecho nada en todo este año de confinamiento, a pesar de las clases en la televisión, porque son hijos de padres trabajadores.
"Vo sé si aquí quepa la frase ‘hijos huérfanos de padres vivos’, pues solo entre 7 y 20% está conectado con sus maestro; cumple con sus tareas, entrega trabajos, pero con todo y eso no está aprendiendo igual que de manera presencial, y los alumnos que no tienen conectividad, algunos se encuentran contestando cuadernillos de trabajo que les llevan sus maestros, que por cierto, docentes que están muy comprometidos con su profesión".
"En Durango como en todo el país, tenemos problemas de rezago educativo y deserción escolar, para muestra bastan los datos que nos da el INEGI a nivel nacional".
A pesar de todo ello, expuso, le enviamos un saludo a todos los niños de Durango, y un abrazo con cariño y les decimos que nosotros también queremos regresar a nuestras aulas y agradecemos a los padres y madres de familia que no han dejado de luchar por sus peques, "hay una luz en el camino, y llegando la vacuna para los maestros, será la llave de la apertura de nuestras queridas aulas".
Dato:
- Sin mucho que aprender los niños en casa también son presa del encierro y el estrés