Torreón, Coahuila. - Aunque hayan sido absorbidas por elacelerado crecimiento urbano y en consecuencia se encuentren ahorageográficamente muy cerca del progreso citadino, muchaspoblaciones rurales de Torreón permanecen como si se tratara deislas a las que difícilmente llegan los servicios y comodidadesque en cambio sí tienen quienes como vecinos cercanos habitan enlos nuevos fraccionamientos.
Se trata de una notable consecuencia del muy aceleradocrecimiento en el que se ha mantenido inmersa la ciudad en eltranscurso de los últimos años, sobre todo hacia los extremosoriente y norte, refiere el director del Instituto Municipal dePlaneación y Competitividad (IMPLAN), Eduardo HolguínZehfuss.
San Antonio de los Bravos, Allende, San Luis, La Unión, Ana, LaPaz, San Agustín, La Merced y La Joya, son sólo algunos de losejidos que no solamente fueron alcanzados, sino que quedaronrebasados por la expansión de la urbe.
Lo que sucede, explica Holguín, es que la mancha urbana crececada año en su expansión en aproximadamente siete puntosporcentuales, en tanto que la población aumenta apenas un dos porciento, cuando que lo ideal sería que en cada uno de esos dosrubros el avance anual fuera de un solo punto. “Eso implica quehay una desproporción tremenda y es por el modelo de desarrollourbano que estamos siguiendo, el modelo extensivo y horizontal, yaque no hemos experimentado los modelos verticales de altadensidad”.
Llama la atención que mientras en las ciudades modernas deMéxico la proporción de habitantes por hectárea debe ser der150, en el caso de Torreón la cifra alcanza apenas los 44, demanera que la densidad es muy baja y eso en los hechos semanifiesta en que mientras algunas zonas urbanas se están vaciandootras nuevas son ocupadas.
Es así como la mancha urbana ha crecido tanto que ha superado amuchos ejidos que se han quedado dentro de ella, donde sin embargoaparecen como islas no solo porque sus habitantes difícilmentelogran satisfacer todas sus necesidades elementales en materia deservicios públicos elementales, entre estos el de transporte,seguridad, electrificación, agua y drenaje, sino también porque“jurídicamente quedan aislados dentro del suelo urbano, siendosuelo rural”, asunto que se tiene que comenzar a atender parapoder resolverlo, aunque eso se antoja sumamente complicado ya queamerita el concurso de autoridades de distintos niveles, entreestas las de competencia en materia agraria.
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En definitiva son muchos los ejidos que deberían ya estardentro de las reglas del suelo urbano, y por eso es importante quehaya un empate jurídico a favor del desarrollo ordenado ya que“no podemos seguir creciendo indiscriminadamente, tenemos queempezar a crecer verticalmente al apostarle a políticas públicasque procuren una mayor densidad”.
Esa visión se buscará recogerla dentro del nuevo ProgramaDirector de Desarrollo Urbano, documento que deberá quedar listoel próximo año, no antes porque primero hay que esperar si segeneran o no nuevas disposiciones legales tras el inicio del nuevogobierno federal.