Gómez Palacio, Durango.- Cuenta una anécdota que un amigo fuea ver a otro cuando estaba postrado en una silla de ruedas y alpreguntarle “¿te asaltaron... te atropellaron?”, él lecontestó, –¡No!...¡vinieron mis nietos!-.
“Ah pero son un primor a pesar de sus travesuras, por ellosvivo y no me importa haber perdido la tercera caída, porque sonunos apasionados de la lucha libre”, prosiguió. Claro, el humory la ternura del abuelo se combinan para hacernos volver a sentirniños y para no alejarnos de ellos, porque somos sangre de susangre.
El Día del Abuelo se celebró este 28 de agosto y es un honorel haber adquirido este título, donde las canas se mezclan con lanostalgia, porque los mejores años se escapan, porque pasó laadolescencia y la juventud y porque nos comportamos de manera másformal, pero eso sí, vivos y contentos.
Sin embargo, es preciso haber felicitado a estas invaluablespersonas de almas antiguas, que con su cariño y comprensión noshacen olvidar el problema mayor o las trapacerías de lospequeños.
El abuelo comparte de manera incondicional las travesuras de susnietos y los problemas de sus hijos. Son de corazón blando endonde atesoran muchas cosas que en ocasiones no comparten, porquese convierten en penas, que sólo ellos guardan y derramanlágrimas de cristal, que sólo ellos ven.
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Son parte preciada de nuestras vidas y canalla aquel que leshaga un desprecio, porque por lo que han hecho a nuestro favor,merecen un abrazo, un te ¡quiero! y recordarles lo valiosos queson, tras sus consejos, su experiencia y su sapiencia...
Muchos tenemos a nuestros abuelos sólo en el recuerdo, porquese han adelantado en el camino, pero penoso es para quienes notuvieron la fortuna de conocerlos, pero quien tiene la dicha deestar con ellos, logremos que sigan teniendo una vejez feliz,porque debemos aceptar que nadie los sustituye, porque en lasbuenas y en las malas nos saben aconsejar.
Cualquier adulto, al estar en los brazos de su abuelo seconvierte nuevamente en niño, porque sabemos que son consentidoresy porque son un dechado de sabiduría y amor. Las fuerzas minan,cierto, pero en algunos el corazón sigue siendo joven para seguirsoportando a nuestros traviesos nietos, como el compañero queperdió la tercera caída porque eran tres mocosos con ansias deser grandes del encordado, tomando como sparring al abuelo, pero siaguantó a tres, indudablemente que la inteligencia también esmayor, pero más el amor y ternura que destella.
¡Gracias por todo y un abrazo hasta el cielo a quienes ya vivenallá!