Isaac Juárez Guerrero, de 41 años de edad y papá de 3 hijos: Ariel de 13, Gael de 9 y Santiago de 8, compartió la experiencia que le ha dejado el estar en casa con ellos a causa de la pandemia, haciendo tareas y explicando temas escolares, así como atenderlos en otras necesidades, como hacerles de comer y demás:
“Tengo a Ariel, que es el más grande, de 13 años de edad, cursando su primer año de secundaria, después está Gael en cuarto año de primaria, con 9 años y el último que es Santiago, con 8 años, cursando su tercer año de primaria”.
“Ha sido muy diverso, en lo personal, tuve que aprender, al igual que ellos, muchas más cosas, una de ellas fue cocinarles, yo que soy una persona paciente, tuve que aplicar más paciencia y dividirla entre mis 3 hijos, porque a veces teníamos que estar simultáneamente haciendo las tareas los 3, uno con el celular, otro con la tablet, también los espacios, tú vente a esta mesita, tú a este escritorio y así, además de estar cumpliendo con las necesidades de la casa”.
Isaac es quien se encarga diariamente de despertar a sus hijos, prepararles el almuerzo y ayudarles en las cuestiones escolares, ya que su esposa se sale temprano a trabajar para ayudar en la economía familiar: “ahora sí que mi esposa también se puso la camiseta, como equipo que somos, salió a trabajar, ella no trabajaba y empezó a trabajar, entonces, las tareas que ella hacía, tuve yo que hacerme cargo de todas ellas, desde que inicia el día, hasta que me voy a trabajar, que es alrededor de las 2 de la tarde, tengo que retirarme de con mis niños, se quedan un tiempo en casa y luego llega la mamá”.
¿Cómo fue el proceso para adaptarse?
“No fue nada fácil, sinceramente fue caminar hacia lo desconocido, no sabía cocinar y ahora para mí es algo muy gratificante el decir que hoy ya cocino y hago las comidas de casa. Otra de las cosas son los temas (escolares), que a veces uno ya no recuerda o con el avance de los días, dice uno ‘estos conceptos me parece que los había escuchado’, entonces, es volver a retomar, junto con los niños, situaciones de las actividades escolares, de investigación, de ir haciendo resúmenes y todo eso”.
Isaac reconoció que con la pandemia han venido nuevos roles como padres, pero también para los hijos: “la pandemia nos ha hecho también, para los niños, asignarles tareas que los han hecho más conscientes, de esas pequeñas tareas que hay que hacer levantándose, como es, por ejemplo, el hacer su cama, que a veces en las jornadas escolares, pues ya por las prisas no se les pide tanto. Han estado colaborando también con los mandados tradicionales, que en aquel tiempo nos tocaba a nosotros también, de ir a la tienda y hacer otras cosas”.
Todo este tiempo que ha convivido con sus hijos, Isaac ha conseguido ser más paciente: “ya lo veo de diferente manera, porque empiezo a conocerlos más y a encontrar la manera de que ellos puedan entender de acuerdo a su capacidad, a veces creo que les exigimos más de su capacidad y lo que nos falta es traducirles a la manera como ellos puedan entenderlo mejor, con juegos, con mucha comunicación, muchas veces basta con la pregunta ¿cómo te sientes?, a veces los niños a la hora que nos ponemos a hacer la tarea, en sí no se sienten bien y no están así como que muy habilidosos para estar haciendo su tarea, entonces, prefiero a veces pausar y ponernos en otro espacio, en otro tiempo, para que ellos puedan sentirse mejor”.
A más de un año de encierro, los tres menores ya están inquietos por regresar a la escuela: “ahora que fuimos de vacaciones de semana santa al rancho, tuvieron una experiencia muy bonita, de libertad, de juego, y como que hubo en ellos ese recuerdo, el estar añorando lo que antes hacían, que es ir a la escuela y empezaron las preguntas y las cuestiones, ahora con la televisión, que por ahí se sabe que a lo mejor ya estamos próximos, pues ya también están inquietos por saber cuándo entran a la escuela”.
En definitiva, para Isaac el estar por mucho más tiempo conviviendo y aprendiendo con sus hijos, le ha dejado una experiencia única: “a lo mejor, de lo más bonito que esta pandemia nos trajo, fue, ahora sí que el hacernos más sensibles, sí, más sensibles con nuestros hijos. Hemos trabajado mucho en eso, de hecho, empezamos a pensar bastante diferente en el sentido de proveerles a ellos experiencias, porque pues, aquí durante todo este tiempo, el estar encerrados los niños, a veces me pregunto, si no hubiera hecho esto ni hubiera podido cambiar mi forma de ser, a lo mejor no había actuado bien, no había sido más sensible y ahí empecé yo a trabajar en mi persona, para poder ser un mejor padre”.
