Torreón, Coahuila.- Dentro de su agenda empresarial que comparte el presidente de la Cámara de Comercio de Torreón, Mariano Serna Muñoz, se advierte que los incrementos a los salarios mínimos otorgados a partir del 2018, le han representado un boquete financiero importante en el pago de impuestos al IMSS y los demás inherentes, pues si antes (2017) pagabas el 40 por ciento de impuestos sobre 80.07 del salario mínimo, hoy se hace sobre los 248.93 pesos en esta zona y 374.89 pesos en la franja fronteriza. Todo esto solo ha venido a repercutir en el poder adquisitivo de los mismos trabajadores.
Muchos de los empresarios formales que integran los tres sectores de la economía nacional, han resultado afectados en sus costos de operación, por los altos incrementos impositivos que han derivado del aumento al salario mínimo en México, si bien hoy se habla de bienestar social, existen cambios que, a la vista simple y sencilla de la ingenuidad, parecieran ser un beneficio social, sin embargo, lejos de ser un beneficio social colectivo, solo han representado un beneficio recaudatorio para el Estado, y una carga impositiva e inflacionaria para los ciudadanos.
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En 2017 el salario mínimo en México era de 80.04 pesos por día, y hoy en día el salario mínimo en México es de 248.93 pesos por día, y en la franja fronteriza norte es de 374.89 pesos por día, es decir, en los últimos 7 años el salario mínimo se incrementó en un 211 por ciento en general y en la franja fronteriza en un 368 por ciento.
A la vista simple y sencilla pareciera un gran beneficio social, pero en la realidad dicho incremento lejos de haber elevado el poder adquisitivo de los trabajadores, lo ha deteriorado aún más.
En términos prácticos, además de que nuestros costos de operación se vieron incrementados por los pagos por concepto de sueldos y salarios, también se incrementaron nuestras cargas impositivas de seguridad social al IMSS, de los impuestos estatales por pagos de salario y de las cuotas sindicales, que sumados en su conjunto, (las cuotas al IMSS, el pago de Impuesto Sobre Nóminas y las cuotas sindicales), pueden llegar a alcanzar una tasa impositiva del 40%, y no es lo mismo pagarle al Estado mexicano un impuesto del 40 por ciento sobre una base de 80.04 pesos diarios, que pagarle al Estado mexicano un impuesto de un 40 por ciento sobre una base de 248.98 pesos diarios.
Es por ello que las tasas impositivas del IMSS, del ISN y de las cuotas sindicales que actualmente pagamos, se tienen que replantear a la baja, ya que dichos pagos han resultado bastante significativos para nuestros costos y gastos, lo que ha repercutido en el precio de nuestros bienes y servicios, provocando un efecto inflacionario que sin duda alguna impacta en el poder adquisitivo de los trabajadores de México.
El mismo Instituto Mexicano del Seguro Social anuncia en voz de su director general, que el Instituto de hoy, cuenta con una suficiencia financiera como nunca antes en su historia, y es lógico, en México hay alrededor de 22 millones de trabajadores afiliados al IMSS, si supusiéramos que todos ganaran el salario mínimo, en el año 2017 la suma de todos los sueldos y salarios que se pagan en el país sería de 52,826 millones de pesos mensuales, y en 2024 con el salario de 248.93 pesos diarios, la suma de los sueldos y salarios que se pagan en un mes sería de 164,293 millones de pesos mensuales, lo que representa que en el 2017 el IMSS recibía un monto de cuotas obrero patronales mensuales de 16,900 millones de pesos, y hoy en 2024, el IMSS recibe de cuotas obrero patronales la cantidad de 52,570 millones mensuales, esto si supusiéramos que todos ganaran el salario mínimo, que no es así.
Y todo ese dinero lo aportan los empresarios formales que integran los tres sectores de la economía nacional, provocando presiones inflacionarias que pulverizan el poder adquisitivo del salario de nuestros colaboradores, es por ello que digo que si bien a la vista simple y sencilla de la ingenuidad, se celebra un incremento al salario mínimo, este no ha dado los resultados sociales esperados.